Los promotores reprochan a Solbes su "frivolidad" y reclaman ayudas
La patronal del ladrillo augura un millón de parados si el Gobierno no interviene
El jueves habló el vicepresidente económico y ayer salieron en tromba los inmobiliarios. El más madrugador fue Guillermo Chicote, presidente de la patronal de los constructores, que a primera hora ya se estaba despachando a gusto en Radio Nacional. De "discursitos" y "frivolidades" tachó las palabras pronunciadas el día anterior por Pedro Solbes. El vicepresidente había avisado en el Congreso de que el Gobierno rechaza medidas "artificiales" que eviten el "necesario ajuste" de la construcción.
Lo que Solbes ve como un ajuste necesario, para Chicote es una crisis que puede llevar al paro en el próximo año y medio a un millón de trabajadores y al cierre de un buen número de empresas. "Se intenta combatir una pulmonía con caramelos para la tos", dijo el presidente de la APCE por la mañana en la radio. "No pedimos ayudas para nosotros, sino que se dé confianza a los posibles compradores de viviendas", apuntó más tarde a este periódico, cuando su sorpresa por el discurso del Gobierno ya se había mitigado. Lo que no se le ha pasado es una "honda preocupación".
Chicote se verá el próximo miércoles con la ministra Beatriz Corredor. Los constructores le propondrán un nuevo tipo de vivienda, híbrido entre protegida y libre, que garantice a los compradores unos intereses hipotecarios inferiores al 5%. Si sobrepasaran este límite, sería el Gobierno el que sacara la chequera para compensar la diferencia. Pero, tras escuchar el discurso de Solbes, sólo los muy ingenuos pueden creer que el Ejecutivo va a atender estas peticiones. Y Chicote no se cuenta entre los ingenuos. "La cosa está muy mal", admite.
La onda expansiva de la bomba activada por Solbes contra los intereses de los inmobiliarios siguió extendiéndose ayer. El siguiente en hablar fue el representante de los promotores madrileños, José Manuel Galindo. Aprovechó la presentación de un estudio para lanzar una "llamada de atención" a las administraciones. "Lo que hay que hacer es tomar medidas reales, aunque haya que intervenir en la economía". Galindo aboga por ayudas fiscales, aunque sean coyunturales.
Más moderado estuvo el portavoz del G-14, el lobby de las grandes inmobiliarias, quizás porque uno de sus cometidos es engrasar las relaciones entre las administraciones y los promotores. Pérez, que ejerció de número dos de Economía en varios Gobiernos de Felipe González, está de acuerdo con el vicepresidente en su rechazo a los apoyos artificiales a cualquier sector. Pero a esta frase Pérez añade la coletilla "en una situación de normalidad". Y lo que vivimos ahora es todo menos normal, asegura. "La crisis hace que ahora sea imposible conseguir financiación, tanto para los promotores como para los compradores de vivienda. Y creemos necesario que en España se tomen medidas para solucionar la falta de liquidez, tal y como ha hecho el Banco de Inglaterra hace dos semanas", añade. Seopan, la asociación de grandes constructoras, prefiere no pronunciarse.
Ante esta avalancha de críticas de los interesados, los sindicatos han ido cada uno por su lado. Mientras que CC OO aplaude la arenga de Solbes porque "son las empresas las que tienen que solucionar los problemas que han creado ellas solitas", UGT considera que Ejecutivo debería intervenir, no para ayudar a las inmobiliarias, sino para favorecer a los que ahora no pueden acceder a una vivienda.
... y la respuesta de los afectados
- "Este problema tiene una gravedad tan extraordinaria y unos ribetes sociales que pueden adquirir aires de tragedia tan altos, que [las palabras de Solbes] me parecen frívolas", dijo el presidente de la APCE. Chicote pidió menos "discursitos" y un mejor diagnóstico.
- "Hay que tomar medidas reales, aunque supongan intervenir en la economía", aseguró el representante de Asprima, José Manuel Galindo, que defendió la necesidad de ayudas fiscales.
Las palabras de Solbes...
- "No se debe impedir artificialmente el necesario ajuste en la construcción. El sector ha acumulado excesos en años anteriores que deben ser corregidos para que la construcción residencial vuelva a crecer con normalidad, en el entorno del 3%".
- "El ajuste de la construcción y su efecto arrastre sobre el resto de sectores va a tener inevitablemente un impacto en el PIB, aunque éste será transitorio".
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