Primeros recuerdos del tío Leopoldo
Mis primeros recuerdos de Leopoldo Calvo Sotelo, del "tío Leopoldo", están inevitablemente asociados a la vida de la familia en la casa de los Bustelo en Ribadeo. Pero, por mucho que me esfuerce, me resulta imposible disociar mis recuerdos personales de la vida política del país. Mi tío era un hombre eminentemente político y esa marcada personalidad impregnó la vida de todos los que estuvimos a su alrededor. En mi casa se hablaba de política y se vivía la política.
En su caso, la vinculación política familiar más estrecha fue con su abuelo, Ramón Bustelo, diputado liberal a comienzos del siglo XX. Pero también sabía conjugar su pasión política con un sentido familiar profundo, en especial con su madre, mi abuela Mercedes, que afrontó situaciones difíciles durante la Guerra Civil, sola al frente de cinco hijos.
A partir de la instauración de la democracia en España, la biografía política de Calvo Sotelo se hace especialmente visible para todos los ciudadanos. Los momentos de mayor intensidad se vivieron en el Congreso de los Diputados, durante su sesión de investidura como presidente del Gobierno, tristemente marcada por los acontecimientos del 23-F. Para todos los españoles fueron momentos difíciles, pero para mi familia, que los presenció en directo, marcaron una profunda e impactante huella, sólo superable gracias a la gran dignidad y altura con la que Leopoldo supo afrontar y resolver la situación.
Su talla intelectual y moral es conocida. Pero detrás de su seria fachada, fruto de la enorme responsabilidad con la que acometía sus funciones, había un gran sentido del humor y una fina ironía, que nos dejó muchas lecciones. A mí, en particular, además, me dio un excelente consejo cuando fui nombrada Ministra: "Rodéate de gente de confianza y organiza un buen equipo a tu alrededor". Me consta que él supo hacerlo porque sus colaboradores y todos los que con él trabajaron le hicieron sentir siempre el respaldo a su manera de hacer las cosas. Su manera no era otra que el diálogo y la capacidad para discutir y pactar. Esa era su esencia y ese ha sido su ejemplo. Desde luego para mí, y creo que también para todos.
Mercedes Cabrera es ministra de Educación y sobrina de Leopoldo Calvo-Sotelo.
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