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La Generalitat planea un impuesto por el uso de bolsas de plástico

La Generalitat estudia fijar un impuesto que grave el consumo de bolsas de plástico e incluso prohibir completamente su distribución en los comercios con el objetivo de reducir la utilización de estos productos, que suponen cerca del 2% de los residuos municipales que se generan en Cataluña. Las otras posibilidades con las que trabaja el Departamento de Medio Ambiente son entregar al consumidor el coste de la bolsa de plástico que no utilice y prohibir su distribución gratuita, haciendo pagar al cliente el coste de cada bolsa que coja, según informó ayer el departamento.

La Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), dependiente de Medio Ambiente, ya ha encargado un estudio para conocer las alternativas jurídicas y económicas de que dispone la Generalitat para lograr reducir el consumo indiscriminado de bolsas de plástico en la comunidad.

La solicitud de este informe se ha realizado de manera paralela a las negociaciones en curso entre la agencia y las cadenas de distribución alimentaria para lograr disminuir el consumo de las bolsas de plástico, que en la actualidad se distribuyen de manera gratuita en la gran mayoría de los comercios.

Ejemplo de Bon Preu

De momento, el único convenio que ha firmado la ARC ha sido con el grupo de supermercados Bon Preu, que entrega en efectivo a sus clientes dos céntimos de euro por cada bolsa de plástico que eviten coger, partiendo de la base de que aproximadamente se utiliza una bolsa por cada 10 euros de compra.

La ARC sigue apostando por lograr un convenio de alcance estatal en este sentido, si bien empieza a considerar la posibilidad de impulsar cambios legislativos que le permitan alcanzar los objetivos de su programa de gestión de residuos municipales para 2007-2012, con el que se quiere reducir el consumo de bolsas de plástico el 30% en año 2009 y el 50% en 2012. En Cataluña cada semana se consumen unos 10 millones de bolsas.

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Diversos países, como Australia, Irlanda y Francia, ya están adoptando medidas para frenar su consumo.

Desde marzo de 2006, la ARC está trabajando en Cataluña para conseguir un acuerdo voluntario con la distribución alimentaria, a fin de implantar las medidas que permitan reducir el uso y consumo de estos envases.

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