Euskera para todos, pero sin imposición
El Gobierno abre el debate sobre una política lingüística "progresiva y flexible"
La ecuación que equipara el conocimiento del euskera a su utilización ha fallado. Los datos lo corroboran. Cerca del 84% de los trabajadores públicos titulares cuenta con el perfil de euskera exigido, pero el uso hablado entre ellos y entre administraciones oscila entre el 30% y el 40%.
Muchos de los alumnos que estudian en euskera, cuando pasan del aula al patio de recreo juegan en castellano. Ante ejemplos como éste, el Gobierno vasco ha puesto en marcha un debate social para diseñar una nueva política lingüística, que pasaría por ser menos voluntarista y más pegada a la realidad.
"La voluntad no se lleva bien con la obligación", señala el documento base
Esas son al menos las ideas que recoge el documento base que servirá de plataforma para el debate. El texto ha sido elaborado por las siete personas que integran el grupo permanente de la comisión especial denominada Bases para la Política Lingüística de principios del siglo XXI, formada a su vez por 40 personas de diversas ideologías y ámbitos públicos y privados.
El documento, abierto a "la más amplia participación social", hace hincapié en que el euskera es "patrimonio de todos", de los vascoparlantes y de los castellanohablantes, "por encima de ideologías políticas", subrayó ayer el viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Baztarrika, durante su presentación.
A partir de ahí, la comisión permanente apunta las líneas que deberían marcar la nueva política lingüística. "Hace 25 años pensábamos que con una legislación y un apoyo económico adecuados seríamos capaces de lograr una sociedad bilingüe, pero esto se ha cumplido sólo en parte", admitió el catedrático de Filología vasca Pello Salaburu.
Así que, de cara al futuro, plantea dejar de lado el voluntarismo como base de la política lingüística, como se ha tendido a hacer hasta ahora. Esto "fuerza mucho las cosas en la sociedad, sin tener en cuenta que una gran parte de ella no habla euskera. Y además, para el propio desarrollo y fortalecimiento efectivo del euskera como lengua realmente hablada y viva, acaba siendo un fiasco. El objetivo no es tanto la expansión de la lengua sin límites, sino el fortalecimiento de la comunidad lingüística", argumentó el catedrático de Derecho Constitucional Alberto López Basaguren.
Frente al voluntarismo, la comisión aboga por una política que sí ampare a la lengua más débil, en este caso el euskera, pero que esté más centrada en "la voluntad individual de los ciudadanos". "La voluntad no se lleva bien con la imposición", señala el documento base.
Considera, además, que la política lingüística ha de ser "progresiva y flexible", debe tener en cuenta "las características lingüísticas de cada lugar". "Nuestra sociedad no será bilingüe en otros 25 años, pero debemos conseguir en pocos años que los bilingües dejen de ser minoría".
EDUCACIÓN: "Los cambios deben ser paulatinos y ensayados"
La comisión permanente de Euskara 21 afirma que "el logro más importante" de la política lingüística de estos últimos 25 años en el campo del euskera ha sido, "sin duda", la enseñanza bilingüe. Ante los pasos que está dando el Departamento de Educación para modificar los modelos lingüísticos, "y teniendo muy presente el principio de plurilingüismo que impera en el mundo", este grupo de trabajo opina que "los cambios en la educación deben ser paulatinos, ensayando previamente y valorando lo que se quiere hacer antes de extenderlo".
"Esto no significa que los modelos diseñados en su momento deban permanecer inalterables, sino que es conveniente que todo cambio se realice en consonancia con el desarrollo anterior", precisa el texto de la comisión, que cuestiona así veladamente los planes de Educación.
Y es que, de lo contrario, "podría producirse una ruptura y los perjuicios recaerían sobre el más débil, tal vez de manera irreversible", apunta la comisión permanente en su documento base, que ayer entregó a la comisión especial. A partir de ese texto, los 40 miembros de este órgano elaborarán en las próximas semanas su propio documento.
ADMINISTRACIÓN: Perfiles adecuados a las necesidades reales de uso
El conocimiento del euskera por parte de los trabajadores de la Administración vasca está asociado "en exceso" a la consecución del certificado de aptitud en esta lengua o del perfil lingüístico correspondiente, y "poco, muy poco", a su uso en el trabajo, destaca la comisión permanente en su documento base. Considera que "actuando sólo o fundamentalmente de esta manera, el euskera ganará pocos adeptos entre los trabajadores públicos, mientras que, en cambio, es evidente el peligro de ahuyentar a éstos del euskera". Por eso, y dejando claro que deben garantizarse los derechos de los vascohablantes, cree que la exigencia de los perfiles lingüísticos debería adecuarse a la necesidad real de uso del euskera en el desempeño del trabajo.
Todo ello teniendo en cuenta la realidad sociolingüística de cada lugar, y no sólo si el trabajador atiende o no al público. "Puede ser que en un servicio la inmensa mayoría de los empleados necesite el euskera para sus funciones. En ese caso, aunque un puesto aislado no lo necesite, sería conveniente que [su titular] también lo hablara por razones organizativas, porque es la lengua del trabajo", pone como ejemplo Alberto López Basaguren.
Los siete expertos
- Patxi Baztarrika, viceconsejero de Política Lingüística.
- Erramun Osa, director de Coordinación de la Viceconsejería.
- Aurelia Arkotxa, profesora, escritora y académica de Euskaltzaindia.
- Lore Erriondo, directora de la Universidad Vasca de Verano, profesora y pedagoga.
- Alberto López Basaguren, catedrático de Derecho Constitucional de la UPV-EHU.
- Eneko Oregi, traductor y jefe del Servicio Oficial de Traducción del IVAP (Instituto Vasco de Administración Pública).
- Pello Salaburu, catedrático de Filología Vasca, profesor de la UPV y académico de Euskaltzaindia.
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