El mueble valenciano gana crédito

Las empresas valencianas de mueble Andreu World, Punt Mobles y Gandia Blasco han sido distinguidas por la reconocida revista británica de diseño Wallpaper, considerada como "la biblia del diseño", que les ha concedido el Premio al Diseño 2008.

Las realizaciones que han merecido el galardón a consideración del jurado, entre cuyos miembros se encontraban la estilista Donatella Versace, la diseñadora industrial Patricia Urquiola, el arquitecto Tadao Ando o el cineasta Wong Kar-Wai, son la silla Smile de Andreu World, el aparador Tactile de Punt Mobles y la tumbona Flat de Gandía Blasco.

Las tres empresas premiadas tienen origen familiar, son de tamaño medio y fundamentan su crecimiento estratégico en la innovación y el diseño, con una importante red internacional de clientes.

La silla Smile, de Andreu World, distinguida como mejor silla del año, es una pieza de comedor ligera, pero confortable y resistente, concebida por el equipo creativo Lievore Altherr Molina. La colección se inspira en la fusión de estilos nórdico, oriental y colonial. La colección de aparadores y cómodas Tactile de Punt Mobles, premiada por el mejor aparador, ha sido diseñada por Terence Woodgate. Carece de tiradores e inicia la apertura de los cajones o la puerta con un simple toque. Las patas, largas y delgadas, son la continuación del borde interior que rodea el mueble. En cuanto a la tumbona Flat, diseñada por Mario Ruiz, evoca relajación, descanso y tranquilidad. La colección diseñada por Mario Ruiz ha sido galardonada por su aportación a un mejor mobiliario exterior. La ligereza estructural conecta con el estilo vida contemporáneo asociado a la marca.

El reconocimiento internacional a estas empresas, según valoró ayer la Federación Empresarial de la Madera y el Mueble de la Comunidad Valenciana (Fevama), confirma la importancia que ha adquirido el diseño como elemento clave para la competitividad empresarial, al obtener productos más innovadores y eficientes. Así, Fevama subrayó el hecho de que el diseño como valor social está cada vez más extendido, ya que los consumidores tienen mayor capacidad para intervenir, para exigir el diseño en su entorno personal.

La falta de apuesta por el diseño frenó la exportación de muebles valencianos en 2007, según la Asociación Nacional de Industriales y Exportadores de España. Las ventas exteriores del predominante producto clásico valenciano apenas creció el 0,5%, frente al 37,5% que lo hizo el vanguardista mueble catalán.