El Ródano impide un pacto de Mas y Montilla para el trasvase del Segre
El Ejecutivo catalán urge a Zapatero para que presente propuestas para la sequía
El presidente del Gobierno de la Generalitat, José Montilla, no logró ayer arrancar un acuerdo del líder de la oposición, Artur Mas (CiU), para el trasvase del río Segre hasta el sistema Ter-Llobregat que evite cortes en los hogares de casi cinco millones de ciudadanos que residen en esta zona. El principal escollo es el rechazo del Ejecutivo catalán al trasvase del Ródano, puesto que entiende que la cantidad de agua que este río aportaría ya se cubrirá con la de las desalinizadoras. La federación nacionalista, anunció Mas, planteará hoy esta demanda en el debate de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno.
Montilla entregó ayer un documento a Mas sobre las actuaciones que está efectuando la Generalitat para afrontar la sequía. El texto contenía, además, las nueve alternativas que el Ejecutivo tiene sobre la mesa para abastecer la región de Barcelona. Sólo el trasvase del Segre permite captar suficiente agua a tiempo. Mas tildó de "barbaridad" que se saque agua de la cabecera del río, y recordó que la cuenca del Ebro es competencia del Gobierno central, por lo que primero cabe conocer su respuesta sobre el trasvase.
Aun así, parece que el principal obstáculo para alcanzar un acuerdo entre el Ejecutivo catalán y la oposición es más bien el Ródano. Mas afirmó que se "podría entender" con el Gobierno de Montilla si éste optara por aprovechar y negociar los excedentes del Segre a lo largo de su curso, más abajo de la cabecera. Y Montilla se mostró "abierto" a estudiar alternativas para llevar agua a la región metropolitana de Barcelona, siempre que aporte los cuatro hectómetros cúbicos mensuales que se requieren para completar los 27 que necesita la zona en un plazo de cinco meses.
En cambio, Mas aseguró que no dará su brazo a torcer en cuanto al Ródano, mientras que Montilla lo rechazó de forma tajante. El presidente de la Generalitat afirmó que cuando las tres desalinizadoras (Tordera, El Prat y Cunit) funcionen a pleno rendimiento "aportarán 200 hectómetros cúbicos de agua, sólo 20 menos de los que se traerían del Ródano o del Ebro".
El estado de los embalses sigue acercándose a la fase de emergencia. Montilla recordó que si no llueve lo suficiente para llenar los embalses y no hay aportaciones de cuencas exteriores en octubre puede haber cortes en el consumo doméstico. Por ello, urgió a Rodríguez Zapatero a abordar la sequía. "Los únicos que hemos hecho propuestas hasta ahora somos nosotros", aseguró Montilla.
El presidente aseguró no haber recibido ningún "documento" del Gobierno central. Sin embargo, éste considera una conexión entre Cunit y Cubelles que Montilla tildó de "insuficiente", puesto que sólo aportaría 0,5 hectómetros cúbicos.
Mas llegó a la Generalitat con una propuesta bajo el brazo, la de aprovechar el caudal de las minas de Fígols. Pero ésta fue rechazada porque, según la Agencia Catalana del Agua, sólo aportaría 0,75 hectómetros cúbicos al año. Sin embargo, el líder de CiU ya advirtió de que las propuestas deben venir del Gobierno. "Y estoy interesado en que lo hagan ellos para que acaben con alguna demagogia que hicieron cuando gobernábamos nosotros", remachó.
Lluvias poco generosas
Los embalses del sistema Ter-Llobregat, que abastece a las ciudades de Barcelona y Girona, están a poco más del 20% de su capacidad. Las lluvias del 31 de marzo y del 1 de abril apenas aportaron 0,7 hectómetros cúbicos, y no se prevé que las que se esperan para esta semana solventen la sequía.
De hecho, desde que se dictó el decreto sobre la sequía en abril de 2007, el sistema Ter-Llobregat ha perdido 164,6 hectómetros cúbicos de agua. Si los cortes no se producen hasta octubre es, en parte, por el esfuerzo ahorrador que están haciendo los consumidores y las medidas que ya ha adoptado el Ejecutivo catalán. El gasto medio de agua al mes ha pasado de ser 33 hectómetros cúbicos al mes a sólo 27.
Para cubrir esta demanda a partir de otoño, se requieren aportaciones en barcos (10% del total), la recuperación de pozos (24%), las medidas de gestión de recursos (6%) y los recursos ordinarios (45%). La aportación de las cuencas externas de Cataluña deberá suponer el 15% del total. Entre abril y mayo del año que viene se prevé que entre en funcionamiento la desalinizadora de El Prat.
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