Los '10 de Chicago' tienen mucho que decir sobre la guerra de Irak
La crítica elogia un documental animado que evoca la protesta contra Vietnam
Estados Unidos está en año electoral. Exactamente igual que hace cuatro décadas. Entonces la guerra se libraba en Vietnam y los soldados eran reclutados a la fuerza. En medio de aquel conflicto, cientos de pacifistas tomaron Chicago para protestar contra el conflicto durante la convención demócrata en la que tenía que ser elegido el candidato de ese partido para la presidencia. Pero la violencia policial fue tan brutal que la resaca de aquella batalla campal hizo mella en la juventud. Fue el principio del fin de la revolución del 68 en Estados Unidos, que se acabó cerrando con los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy pocos meses después.
El filme recrea unos hechos de hace 40 años para hablar de problemas de ahora
Graydon Carter, director de 'Vanity Fair', es productor de la cinta
Ahora la guerra transcurre en Irak y la rabia en las calles no se prodiga precisamente. ¿Hay lecciones que aprender, espíritus a los que emular?, se preguntó el cineasta Brett Morgen al embarcarse en el rodaje de Chicago 10, un insólito documental sobre aquellos días de 1968. Sí, se dijo.
En la cinta mezcla dibujos animados y material de archivo para relatar el injusto y bochornoso juicio contra ocho activistas (y sus abogados) a los que se acusó de provocar los disturbios. "Yo buscaba crear una experiencia cinematográfica única y huir de esos documentales históricos aburridos que se ven en televisión. He tomado unos hechos ocurridos hace 40 años para hablar de problemas de ahora. Es una historia atemporal sobre una guerra, la oposición a esa guerra y un gobierno tratando de silenciarla" explica Morgen.
La película recrea, a través de animaciones y utilizando transcripciones literales, el juicio contra Abbie Hoffman y Jerry Rubin, (entre otros), líderes de un movimiento político a la izquierda de la izquierda en el que el uso del teatro, la performance y el humor inteligente se utilizaba para desafiar el statu quo.
"Michael Moore, pero también el propio Abbie Hoffman, nos han enseñado el valor de introducir comedia y teatralidad en la política para llegar a más gente. Siempre me ha parecido absurdo que la gente que quiere cambiar el mundo haga documentales. La ficción es más poderosa para transmitir ideas. Por eso he utilizado animaciones y música de ahora, no de entonces, para que no sonara anacrónico sino cercano a la realidad", dice el director. "Cuando Allen Gingsberg se sube al estrado en Chicago 10 (en dibujo animado) y dice 'La política es teatro y magia. Es la manipulación de las imágenes que utiliza la prensa la que hipnotiza a un país para creerse una guerra ficticia', en realidad el que habla es Colin Powell a propósito de las armas de destrucción masiva de Irak ante la ONU", aclara.
Graydon Carter, director de la revista Vanity Fair, es el productor de esta cinta en la que ambos se embarcaron pensando en la necesidad de contarles a los jóvenes una historia de lucha que pudiera inspirarles. "Pero ahora me planteo que quizás los jóvenes sean bastante más activos de lo que creemos, sólo que en otros espacios, por ejemplo Internet. Sólo hace falta ver cómo se han movilizado en favor de Obama. Quizá la lección que hay que aprender de aquella época es que las calles ya no sirven, que hay que reinventarse la manera de luchar por nuestras ideas. No sé, a mí el tiempo me ha vuelto cínico, pero sólo aspiro a que todos nos planteemos nuevos retos sobre nosotros mismos".
Babelia
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