_
_
_
_

El Papa bautiza en el Vaticano a un converso crítico con el islam

El enfrentamiento entre ambas confesiones enrarece el diálogo interreligioso

Ángeles Espinosa

El bautizo de Magdi Allam el sábado no fue uno más de los bautizos de adultos que el Papa realiza cada año durante la Vigilia Pascual. La relevancia del protagonista, subdirector del diario italiano Il Corriere della Sera y ex musulmán muy crítico con el islam, hace que el inusual gesto se lea como un mensaje, ya que las conversiones obstaculizan el diálogo interreligioso. Las iglesias cristianas se quejan de la falta de reciprocidad del islam (que condena con la muerte a quienes reniegan de él), y ambos recelan ante el proselitismo del otro.

Más información
El azote del islamismo

Como Allam, decenas -tal vez cientos- de ex musulmanes viven con el temor a que un fanático les mate en aplicación literal de la condena a muerte por apostasía que establece la sharía (ley islámica). Faltos de legitimidad democrática, la mayoría de los gobernantes de países islámicos no se atreve a oponerse a ese precepto religioso incluso si sus leyes civiles, como en el caso de Egipto, recogen la libertad de religión. Para ellos, eso significa la libertad de otros para abrazar el islam, no al contrario. Sin llegar a ese extremo, el desequilibrio en resulta evidente.

La inauguración de la primera iglesia católica en Qatar en vísperas de la Semana Santa ha puesto de relieve lo delicado del asunto. En el entusiasmo del momento, el arzobispo Mounged el Hachem, enviado papal para Kuwait, Qatar, Bahrein, Yemen y Emiratos Árabes Unidos, anunció que el Vaticano también ha iniciado conversaciones para levantar un templo similar en Arabia Saudí, el único país de la región -y tal vez del mundo- que prohíbe la construcción de iglesias. De inmediato, un portavoz saudí echó un jarro de agua fría sobre tal posibilidad.

"He participado en varias reuniones dedicadas al diálogo islamo-cristiano y se ha hablado sobre ese asunto", admitió Anwar Ashiqi, presidente del Centro Saudí de Estudios Estratégicos, en declaraciones a la cadena de televisión Al Arabiya. "Las negociaciones oficiales para la construcción sólo podrán iniciarse cuando el Papa y todas las Iglesias cristianas reconozcan al profeta Mahoma", precisó.

La condición que menciona Ashiqi evidencia la falta de reciprocidad de la que se quejan los portavoces del Vaticano (y de otras Iglesias cristianas) en sus relaciones con el islam. Mientras que el dinero saudí puede financiar la mayor mezquita de Europa a orillas del Tíber, justo enfrente del Vaticano, Arabia Saudí aduce su condición de cuna del islam para no permitir en su suelo ninguna otra práctica religiosa, condenando a cientos de miles de inmigrantes cristianos al culto clandestino.

Lo mismo sucedía en Qatar hasta que hace siete años el jeque Hamad bin Jalifa al Zani autorizó a cinco Iglesias cristianas construir sus templos. El gesto, parte de los esfuerzos del gobernante para abrir su país al mundo y atraer turismo e inversiones, choca con la estricta versión wahabí del islam suní que siguen sus súbditos, quienes apenas suman 200.000 de los 900.000 habitantes del emirato. Algunos han pedido un referéndum. Y eso a pesar de que la iglesia recién inaugurada no exhibe cruces ni campanarios y está en medio del desierto, a una veintena de kilómetros de Doha, la capital.

Incluso en los países islámicos donde existen comunidades cristianas autóctonas como los coptos de Egipto, los caldeos de Irak o los armenios de Irán, la libertad de religión no está plenamente garantizada. Es cierto que en todos ellos los fieles disponen de lugares de culto y del derecho a practicar su religión. En el caso de Irán, hasta se les reservan dos representantes en el Parlamento, al igual que a otras minorías como judíos o zoroastrianos. En la práctica, no dejan de ser ciudadanos de segunda que nunca podrán alcanzar la jefatura del Estado o un cargo de responsabilidad en las Fuerzas Armadas.

Benedicto XVI bautiza al periodista de origen musulmán Magdi Allam en la Basílica vaticana de San Pedro.
Benedicto XVI bautiza al periodista de origen musulmán Magdi Allam en la Basílica vaticana de San Pedro.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_