El azote del islamismo

El bautismo del periodista egipcio Magdi Allam supone el ingreso en la iglesia católica de un ex musulmán pero también de uno de los críticos más duros en Europa contra su antigua religión. Un ejemplo es la carta que ayer escribió Allam en el periódico Il Corriere della Sera, del que es subdirector.

Allam se despachó ayer a gusto en el artículo: "Más allá del fenómeno de los extremismos y del terrorismo islámico, la raíz del mal es inherente a un islam fisiológicamente violento". Allam, hasta ayer musulmán no practicante, vive en Italia desde hace 35 años. A causa de sus posturas contrarias al islam radical ha recibido amenazas y tiene que llevar una escolta policial. Consciente de la "grave condena a muerte por apostasía" que podría derivarse de su conversión, el periodista aseguró ayer que afrontará los problemas con "la solidez interior de quien tiene la certeza de la propia fe".

Agradeció el "histórico y valiente gesto que ha demostrado el Papa" al aceptar su petición de ser bautizado y subrayó que Benedicto XVI "ha lanzado un mensaje revolucionario a una Iglesia que hasta ahora ha sido demasiado prudente con la conversión de los musulmanes, absteniéndose de hacer proselitismo en los países de mayoría islámica".