El feroz regreso de REM
Distraído o inspirado. La intensa mirada de Michael Stipe parece suspendida en el aire, pero resulta estar concentrada en el espejo que cubre una de las paredes de la habitación de un sofisticado hotel neoyorquino en Tribeca. Los miembros de la mítica banda REM reciben -cada uno por separado- una fría tarde de invierno para hablar de su nuevo trabajo, Accelerate. El disco condensa en 34 minutos 11 canciones en las que el sonido de guitarras, enérgico y frenético, contrasta con la oscuridad del cantante y marca un tono desafiante.
Han pasado 28 años desde que Stipe se cruzara con el guitarrista Peter Buck en una tienda de discos en Athens, en el Estado sureño de Georgia. Mike Mills y Bill Berry, amigos desde la infancia, se unirían poco después a ellos, y así nacería REM, un grupo universitario de culto que en garajes y pequeños locales puso música a la generación pospunk. El single Radio Free Europe salió en 1981; dos años después, su primer disco, Murmur, fue recibido con entusiasmo por la crítica. Pero no sería hasta 1991, con Out of time, cuando REM dio el salto definitivo y pasó a convertirse en un fenómeno de masas, con himnos como Loosing my religion, una canción cuyo título está tomado de una expresión sureña que significa "perder los estribos". La fama de esta banda también quedó desbocada.
El carismático y polémico Stipe, que sedujo a una legión de fans con enigmáticas letras cantadas entre dientes, hace tiempo que abandonó el aspecto desenfadado de la primera época. Esta tarde en Tribeca no tiene micrófono al que aferrarse y con el que mecerse. Pronuncia cada palabra con precisión, y aparece pulcramente vestido en tonos marrones, con unas gafas de pasta negra. En una de sus nuevas canciones, Until the day is done, pregunta "en qué punto estamos para seguir adelante". ¿Y bien? "Me siento afortunado de seguir dedicándome a esto. Me gusta pensar que he ganado confianza, pero la verdad es que te lanzas cada vez que escribes una canción. No me quiero repetir, y es un gran reto trabajar en un medio limitado, con habilidades limitadas," asegura.
Cuenta que llegó a esta ciudad hace más de veinte años y que durante una década ocupó los sofás de sus amigos. Hoy reparte su tiempo entre Nueva York, Los Ángeles y París. Francia le llena de esperanza. "Hay que mirar a lo que se está haciendo, al lugar en el que culturalmente estamos, más que mirar a las realidades depresivas contemporáneas. Allí hay mucha música y arte. No estoy de acuerdo con la idea que ellos tienen de que la ciudad está seca".
Aunque en 2007 lanzaron un recopilatorio de 22 canciones grabadas en vivo, puede decirse que, con Accelerate, REM rompe cuatro años de silencio creativo. En los 25 años que separan Murmur de este nuevo trabajo ha habido 14 discos, cifras millonarias, el abandono del batería Bill Berry -hace una década-, mucha carretera y algún batacazo con la crítica y el público. Con este disco, REM se reencuentra con su estilo. "Sólo en Hollow man suenan ecos de antiguas canciones nuestras", dice Stipe. "Cuando sacas la música fuera, ya no es tuya, le pertenece al mundo. La música ejerce un poder específico en la vida de la gente". Con este trabajo, el cantante ahuyenta la nostalgia y reivindica sus sueños juveniles. "Cuando era un adolescente pensaba que el siglo XXI aceleraría las cosas, que habría objetividad y energía limpia. Y aquí estamos ocho años después. Parece que hemos ido para atrás. Los valores que se han impuesto parecen decimonónicos: la familia, la posición social, la riqueza Todo me parece muy blanco, masculino, gordo y viejo. En esta década, la respuesta al 11-S por parte de este país ha sido increíblemente triste", afirma.
El compromiso político con sucesivas causas ha sido una de las constantes que han marcado la trayectoria de esta banda, y especialmente la de su cantante. Desde los derechos de los homosexuales (él mismo confesó que es gay) hasta la oposición a la guerra o la participación en la recaudación de ayudas tras el huracán Katrina, REM no ha eludido ninguna batalla. Su último disco, Around the sun, coincidió con las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos. REM entonces se lanzó a la carretera para participar en un tour a favor del candidato demócrata John Kerry. Cuatro años después, Stipe ha querido dirigir sus dardos también a la prensa. "El aspecto político del disco se centra en un comentario sobre los medios de comunicación. Su oficio es vigilar a los políticos y presionarles no sólo para que den respuestas, sino también para que hablen sobre las decisiones equivocadas que se han tomado. Las cosas se mueven cíclicamente, y ahora todo se ha movido al espectro de la derecha. Los medios han actuado como perros guardianes. Me deprime ver luego lo que ocurre con Britney. A todos nos gusta un cotilleo, pero eso no tiene por qué ser nuestro centro. También pasan otras cosas interesantes".
Unas habitaciones más allá, el bajista Mike Mills confiesa seguir indignado con la Administración de Bush y clama por un activismo civil desde todos los frentes. "No se protesta lo suficiente desde el mundo del arte. Todos los ciudadanos deberían protestar más, cada uno con la voz que tenga". Mills no se decide por ningún candidato demócrata, y asegura que apoyará sin reservas al que salga. Mientras tanto, dice mantener los oídos y los ojos bien abiertos.
Dejando a un lado la política nacional, el músico habla de los entresijos creativos de REM: "Peter [Buck] y yo siempre estamos escribiendo música. Las letras son cosa de Michael, aunque alguna vez le pasamos algo que hayamos escrito. Empezamos con algunas de las canciones de este disco en la última gira. Queríamos algo rápido y corto", asegura. "Esto no es una vuelta a nada, esto es REM en 2008".
Antes de grabar Accelerate, REM y su nuevo productor, Jacknife Lee, decidieron probar y arreglar sus canciones ante el público del teatro Olympia de Dublín. El público, de alguna manera, entró a formar parte del proceso creativo, y les ayudó a cortar y dinamizar las canciones. A juicio de Lee -que estuvo detrás del álbum How to dismantle an atomic bomb, de U2- se trataba de asumir un nuevo riesgo: "Durante toda la grabación intentamos quitar la red de seguridad, y éste fue otro método que empleamos. La experiencia nos aportó confianza y fue algo muy divertido". Habla de este disco, grabado en Dublín, Vancouver y Athens, como de un proyecto fácil, a pesar del jet lag y de haberlo grabado en seis semanas.
Al guitarrista Peter Buck, su chupa de cuero, la media melena canosa, los dos aros plateados en sendas orejas y la camisa floreada le dan un aire de viejo rockero. Habla de los directos en el teatro dublinés con entusiasmo. Considera que el paso por el escenario antes del estudio les ha inyectado savia nueva. "En 2007, el álbum recopilatorio y la entrada en el Hall of Fame nos enfrentó al pasado; pero sé que dentro todavía tenemos mucho material bueno que sacar, y que con él nos moveremos hacia adelante".
La celeridad de Accelerate marca un cambio; una "nueva dirección", como canta Stipe en la canción del mismo título. Sobre todo respecto del anterior álbum, Around the sun. Tras un trabajo con poca guitarra llegó el momento de retomar el rock. "El último disco era más limitado, a mí no me gustó tanto. Éste ha sido más espontáneo, más divertido," confiesa Buck. "Había llegado el momento de hacer un disco enérgico, con letras afiladas y furiosas".
En los 11 de temas del álbum hay guitarras feroces, como en Hollow man; una presencia marcada del teclado en Houston; canciones como Until the day is done, que remiten al sur donde Stipe a menudo se ha inspirado, y ritmos más bailables en I'm gonna dj.
'Accelerate' sale a la venta el 31 de marzo.
REM actuará en el festival Bilbao BBK Live el 5 de julio
y en Doctor Loft Festival de Girona el 6 de julio.
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