"¡Podrá comer paella!"

"¡Hasta podrá comer paella!", exclamó ayer el doctor Ramón Charco, jefe del Servicio de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplante de Vall d'Hebron. Este médico junto con un equipo muy numeroso de profesionales del hospital realizaron el lunes el primer trasplante de intestino en Cataluña. El paciente llevaba 18 meses comiendo a través de un catéter. Si la evolución es favorable, en unos días volverá a comer de forma normal.

Con 38 años, el paciente entró en quirófano con una altura de 1,85 metros y unos 55 kilos de peso. Llevaba más de tres meses esperando el trasplante que solucionara una calidad de vida deficiente que le obligaba a ingerir alimentación a través de una vena. No dejaba de perder peso. El origen de esta situación fue una torsión del intestino delgado, conocida como vólvulo, que obstaculizó los vasos sanguíneos, y la consecuente necrosis del órgano, que tuvo que ser extirpado junto con una parte del colon en el año 2006.

Ingería los alimentos a través de un catéter implantado en una vena central

Cuatro años antes se había sometido a una operación de obesidad mórbida, aunque los médicos aclararon ayer que nada tiene que ver el trasplante con la operación para perder peso.

Charco explicó ayer que la operación de implante de intestino duró más de 12 horas y que, si no se detectan complicaciones, podrá recibir el alta en un mes, aunque advirtió de que ese tipo de trasplantes tiene altas tasas de rechazo.

El trasplante de intestino es muy poco frecuente y complicado. En sus casi 20 años de historia se han realizado un total de 1.300 trasplantes. Vall d'Hebron se ha convertido en el tercer centro de España autorizado para esta clase de intervenciones y el primero en tener una doble acreditación para realizar trasplantes en adultos y en niños. El equipo del hospital ha contado en la preparación con la colaboración de la Universidad de Pittsburgh, uno de los principales centros mundiales. En España se han realizado desde 1999 casi medio centenar de trasplantes de este tipo. Sólo el Hospital de la Paz y el 12 de Octubre, ambos en Madrid, han realizado estas operaciones, la gran mayoría a niños.

Según explicó el doctor Javier Bueno, adjunto de la Unidad de Trasplantes Pediátricos, ese tipo de operaciones es más habitual en la población infantil (representa el 60% de los casos), que puede nacer con malformaciones intestinales. El especialista señaló que resulta difícil hallar donantes de intestino porque siempre deben tener un peso inferior al del receptor para que haya espacio suficiente en el vientre. Los médicos de Vall d'Hebron anunciaron ayer que ya tienen un menor que, tras superar una serie de complicaciones, podrá ser sometido a la intervención.

Una de las dificultades es el alto riesgo de rechazo, causado por que el intestino es un órgano muy inmunógeno, que hace necesario administrar una gran cantidad de inmunodepresores. Charco dijo que el índice de supervivencia a la intervención quirúrgica se sitúa por encima del 70%. Vall d'Hebron realizó 287 trasplantes de diversos órganos en 2007.