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La tuberculosis aumenta en las grandes ciudades

Sanidad prepara un plan nacional para frenarla, sobre todo entre inmigrantes

La tuberculosis está aumentando en las ciudades españolas que más han crecido en la última década. Según datos de la UE, en 2006 se registraron en España 18 casos por cada 100.000 habitantes (8.000 personas). Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), podrían ser más enfermos: 27 por cada 100.000 habitantes (12.000 personas), ya que se estima que una tercera parte de los casos no se notifican, según representantes de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). Hasta 2000 la incidencia de la tuberculosis en España iba a la baja. Ahora, se ha estancado y, además, la distribución es heterogénea: está aumentando en algunas ciudades de Cataluña, Andalucía, Madrid y Valencia, sobre todo entre los más desfavorecidos, inmigrantes.

En Barcelona, el 48% de las personas con tuberculosis son extranjeras

Para frenar el avance de esta enfermedad infecciosa, el Ministerio de Sanidad y Consumo está elaborando un plan nacional. Se acaba de presentar un documento de consenso entre las comunidades autónomas, las sociedades científicas y otras asociaciones, que unifica criterios para un diagnóstico precoz, su tratamiento y la creación de una red de registro y vigilancia. "Debemos incrementar la sospecha diagnóstica en los grupos de riesgo", explicó Isabel Pachón, de la Subdirección General de Epidemiología del ministerio, durante la presentación del documento en Barcelona, en las jornadas sobre Tuberculosis en grandes ciudades y novedades epidemiológicas.

En Barcelona, la tasa de afectados en 2007 asciende a 30 personas por 100.000 habitantes (500 personas). El 48% son inmigrantes, mientras que hace una década la proporción era apenas el 6%, según datos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). Para el diagnóstico precoz se necesitan medidas para llegar a personas que se encuentran fuera del sistema, afirma Joan Caylà, jefe del servicio de Epidemiología de la ASPB. Muchos son sin papeles, pero también indigentes, personas con drogadicciones y enfermedades mentales.

Sobre el mapa de la ciudad, las zonas más afectadas son las más pobres. "Hay que tener en cuenta la dimensión social de la enfermedad; la tuberculosis actúa como marcador de las diferencias", apunta Julio Ancochea, presidente de Separ. Para llegar a ellos, el documento de consenso se fija en los agentes comunitarios y pretende editar material informativo en lenguas extranjeras.

Las cifras todavía están lejos de la Barcelona de la década de 1990, cuando "el sida y la heroína elevaron las tasas a 70 personas por cada 100.000, que bajaron hace cuatro años", según Caylà. Ahora, la tuberculosis vuelve a repuntar, pero ante otra realidad.

Contra las resistencias

El futuro plan nacional sobre tuberculosis se enmarca en un esfuerzo internacional liderado por la OMS para frenar esta enfermedad infecciosa cada vez más resistente a los fármacos. Hoy, sólo Cataluña, Galicia y Valencia cuentan con programas específicos para su control. "La coordinación entre comunidades va a ser básica", afirma Pachón. Para evitar contagios y la aparición de cepas resistentes hay que asegurar que los enfermos cumplen todo el tratamiento, para lo que se propone crear un registro.

El año pasado, en Barcelona, la policía intervino para que cinco enfermos cumpliesen el tratamiento. "Son casos extremos", afirma Caylà. Uno de ellos, acudió al hospital acompañado por la Guardia Urbana, pero escapó y se encuentra en busca y captura. "Es uno, pero puede contagiar", afirma. Por eso, la ASPB estudia figuras legales para obligar a tratarse a los enfermos no cumplidores.

En España el porcentaje de tuberculosis ocasionada por bacterias resistentes es bajo, el 3,8%. Estas cepas se han detectado, sobre todo, en viajeros, cooperantes e inmigrantes de países del Este, Asia y América Latina, según la Separ.

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