La Cámara de los Comunes ratifica el Tratado de la UE
Laboristas y liberal-demócratas británicos respaldan el 'sí'
La Cámara de los Comunes votó anoche la ratificación del Tratado de Lisboa. Aunque al cierre de esta edición aún no se conocía el resultado, se esperaba una amplia victoria del Gobierno porque sólo el Partido Conservador y algunos diputados de otras formaciones se oponen al nuevo tratado. Una vez ratificado por los Comunes, el texto ha de pasar a la Cámara de los Lores. Si el Gobierno del laborista Gordon Brown no sufre allí ningún percance, Reino Unido podría concluir el proceso de ratificación a lo largo del mes de junio y en todo caso antes del verano.
Sólo el Partido Conservador se opone a la nueva norma europea
El secretario de Estado (ministro, en la jerga política británica) para Europa, Jim Murphy, mostró ante un reducido grupo de corresponsales su convicción de que los Comunes darían su apoyo al nuevo tratado. "Tengo gran confianza", dijo, antes de que comenzara el debate parlamentario. "El asunto difícil era la semana pasada, la cuestión del referéndum", en el que el Gobierno obtuvo "un resultado muy bueno" al rechazar la Cámara con una mayoría de 63 votos la propuesta a favor del referéndum.
"En Reino Unido el debate es diferente al del resto de países de la UE por dos razones. Primero, porque en lugar de mirar al presente o al futuro de Europa se mira al pasado de Reino Unido, cuando era un imperio. Pero ahora somos un país mediano. Y segundo, porque sólo en Reino Unido el principal partido de la oposición está contra el tratado", explicó Murphy.
Murphy se mostró contrario a la tesis de algunos euroescépticos y también de los muy europeístas liberales-demócratas, de que habría que convocar un referéndum sobre la pertenencia británica a la UE para zanjar ese debate. "Un referéndum no cambiaría nada. Los que están contra Europa seguirán estando en contra. Por ejemplo, el referéndum de 1975 sobre la permanencia en Europa lo convocaron los laboristas, y ocho años después propusimos en nuestro programa electoral la retirada de Europa, sin siquiera convocar un referéndum. Un referéndum ayuda a tomar decisiones, pero no crea consensos".
Aunque reivindicó la voluntad de Reino Unido de estar en el corazón de Europa, descartó cualquier posibilidad de que su país renuncie a los controles fronterizos a los viajeros procedentes de la UE. Y se refugió más en razones sentimentales que en cuestiones operativas para justificarlo: "Es una cuestión de sentimiento nacional, de herencia nacional, de tesoro nacional. Tenemos un gran sentido de frontera. Como Gobierno, y como población, creemos que es lo correcto y no vamos a cambiar".
"El verdadero problema de Europa no es el déficit democrático, es el déficit de eficacia", opinó. "Europa tiene que seguir demostrando a la gente que es importante para sus vidas: hacer que funcione el mercado, proteger el medio ambiente, la seguridad".
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