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Rubem Dantas presenta 'Festejo' a golpe de cajón

El percusionista brasileño edita su primer disco

Rubem Dantas (Salvador de Bahia, 1954) acuña cada una de sus frases con la misma contundencia con la que azota el bongó o el cajón, que trajo de Perú junto a Paco de Lucía, hace ya 30 años, para "colorear el flamenco". Reclama la música para sí y no quiere conformarse con ser un músico de jazz, de flamenco o de samba. "Lo que me gusta es la música, así que la quiero toda para mí. No quiero encasillarme, porque me nutro de todo".

El músico trabajó con Paco de Lucía e incorporó el cajón peruano al flamenco

Después de más de 40 años de carrera artística, este percusionista con entusiasmo de adolescente rockero edita su primer disco propio, que no en solitario. En Festejo, que presentará el próximo sábado en la Sala Colonial Norte de Madrid, le acompañan los amigos a los que él ha "coloreado" la música. La guitarra inconfundible de Paco de Lucía, de cuyo sexteto formó parte 28 años. El piano contundente de Chick Corea, con quien ha recorrido varios países para presentar los discos Rumba flamenco y The last adventure. Jorge Pardo y Jesús Pardo, sus cómplices en la agrupación Dolores, en el sexteto del maestro de Algeciras y en innumerables descargas musicales. Y una larga lista de músicos de todas las latitudes.

"Festejo es un disco multicultural", comenta sonriente Dantas, y acto seguido se interna en una reflexión sobre el desdibujado origen de la música y de los instrumentos. Sin ir más lejos, sobre el cajón peruano, que tras casi 30 años de andaduras entre cuerdas, taconeos y ayes es también cajón flamenco.

Fue Carlos Caitro Soto, el cajonero de la cantante peruana Chabuca Granda, quien obsequió a Paco de Lucía con esta caja resonante en 1978. "Me enamoré de aquello", dice Dantas, depositario y ejecutor de aquel regalo, "y como pongo empeño amoroso a la música, empecé a jugar con él. La música ha sido una mujer de la que siempre he estado enamorado". Se ríe como un niño y la mirada, que por momentos se pierde entre recuerdos y proyectos, se fija en su interlocutor, como si firmara un documento muy importante, como si pusiera el punto a una carta-confesión.

"Festejo es mi primer disco, pero son canciones que vienen rodando desde hace tiempo", afirma Dantas, que a sus 54 años luce unas largas rastas. "No es un look porque sí, obedece a mi identidad". En ocho temas, el percusionista brasileño va en zigzag entre el flamenco, la samba, el candombe, el tango y múltiples sonoridades contemporáneas. Una reunión de artistas y de músicas de tantos rincones ha dado como resultado un disco mestizo y poderoso, no sin arduas jornadas de trabajo, cenas abundantes y, cómo no, discusiones. "Llegó un punto en el que nos estábamos peleando por la música. Fue muy enriquecedor hacer el disco con estas fieras que se peleaban, pero todo por la música, la buena música".

Rubem Dantas, en Madrid.
Rubem Dantas, en Madrid.LUIS SEVILLANO

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