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Ibarretxe expone su plan en Stanford sin apenas oposición

Uno de los asistentes le preguntó sobre Josu Ternera

Había más policías que manifestantes. La conferencia dada el jueves por la tarde (madrugada del viernes en España) por el lehendakari Ibarretxe en la Universidad de Stanford (California) transcurrió sin que la polémica previa en Internet, con más de 5.000 firmas en su contra, se trasladara a las puertas del auditorio.

Una docena de agentes fueron desplegados para acordonar la zona ante los manifestantes, que no superaban los diez, alumnos españoles de Stanford en su mayoría. "ETA kills, Ibarretxe deals" (ETA mata, Ibarretxe hace negocios) rezaba la pancarta con la que querían recibirle en la entrada principal. El lehendakari no pudo leerla, ya que entró por una puerta secundaria. Allí se encontró con una sala llena y un público receptivo a su mensaje, que le aplaudió y pudo hacer preguntas, seleccionadas por el moderador.

Ibarretxe repaso, en inglés, los pasos de su "hoja de ruta" para dar fin al conflicto vasco y reiteró su intención de convocar una consulta en octubre. También repasó los vínculos entre EEUU y Euskadi, incluida la anécdota de la utilización del euskera en la Segunda Guerra Mundial para engañar al contraespionaje japonés. El rector de Stanford, John Etchemendy, calificó su discurso de "muy persuasivo".

Hubo al menos una pregunta que le puso en un aprieto, explica Kamil Dada, reportero del diario universitario Stanford Daily, que abría hoy su edición digital con la noticia. "¿Qué opinión tiene del hecho de que hubiese un miembro de ETA en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco?" Ibarretxe dijo no recordar ningún caso. "Josu Ternera", gritó uno de los españoles presentes, recordando al histórico dirigente de ETA y ex parlamentario de EH. Ibarretxe no respondió.

"Sabía perfectamente que la pregunta era sobre Ternera", explicó al Stanford Daily el interpelante, Víctor Gómez Magaña, quien opinó que el lehendakari "no ha dicho nada nuevo" y que el público aceptó su discurso "porque no había nadie para contradecirle".

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