El artista y el público
Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) modera hoy un debate sobre los caminos del arte contemporáneo español en Arco (19.45, en el Auditorio del Foro, pabellón 14.1). A la mesa se sentarán siete participantes, que sirven como perfiles muy distintos (creadores de talla internacional, gestores culturales o conservadores) al aportar una visión total del aquí y ahora del arte en España.
El escritor y académico hará girar la charla sobre "dos cuestiones fundamentales, que son comunes al arte y a la literatura", explicaba ayer. "El diálogo entre la obra de arte y el público, y el diálogo entre el artista y la tradición. Para el escritor ambas son relativamente fáciles, por ahora, pero ¿qué ocurre con un artista, cuando sus principales interlocutores no son en muchos casos el aficionado que contempla o adquiere su obra, sino el comisario estrella que la incluye en una exposición, o la institución pública que lo apadrina?".
Para centrar el debate, Muñoz Molina plantea a los integrantes de la mesa dos preguntas.
1. ¿Qué papel desempeñan los mediadores (críticos, comisarios o museos) entre artistas y público en el arte contemporáneo español?
2. ¿Cuáles son los criterios de valoración de una obra de arte contemporáneo? ¿Quién sabe no ya lo que es bueno, sino simplemente lo que le gusta?
- Eduardo Arroyo. Pintor (Madrid, 1937).
1. Cuando empecé, estaban el galerista, el artista y el que le vendía los materiales. Ahora han crecido tanto los mediadores que entre la obra y el público hay un ejército: el estado, los conservadores, los comisarios, los que cuelgan las obras, los fotógrafos, los transportistas, etcétera. En nuestro país, la transición de un modelo a otro ha sido salvaje y brutal. De un desierto hemos pasado en unos años a la normalidad.
2.
Antes establecían el valor de un artista sus pares. Hoy no sé ni siquiera si se puede hablar de un artista en el sentido de alguien que empieza, va madurando, va llegando al público, los museos compran su obra, etcétera. Hoy, el artista no tiene ni firma, es casi anónimo. Llega de inmediato, ocupa un terreno y, poco después, ha sido sustituido por otro. Y no sabría decir quién ha valorado, quién lo ha aceptado... Está la valoración comercial, que la fija el mercado, pero eso también ha cambiado. Antes entrabas en el juego de la oferta y la demanda, y por cruel que fuera tenía algo de justicia. Hoy hay varios mercados paralelos y hay, por ejemplo, artistas que ni siquiera entran en ese juego porque su obra sólo la pueden comprar los Estados. ¿Qué hace un particular con una instalación?
- Soledad Sevilla. Artista plástica (Valencia, 1944).
1. Hay que matizar. Por un lado, y por orden de importancia, están los galeristas, cuyo papel es el más fundamental. Luego están los museos, que marcan la tendencia y conforman la opinión pública de una ciudad o incluso de un país. Y, por último, la crítica, que hay que tomarla con cierto estoicismo. Todos estamos sometidos a ella.
2. ¡Uf! Ésa es una pregunta para los galeristas.
- Carmen Giménez. Conservadora del Museo Guggenheim de Nueva York (Casablanca, 1943).
1. Los mediadores son fundamentales. La crítica también, pero entendida como un diálogo entre artista y crítico.
2. Nadie está de acuerdo. Nadie tiene la verdad. Son criterios personales. Se puede ser un buen artista y no encontrar reconocimiento. Lo mínimo que se debe pedir es que una obra esté bien ejecutada.
- Jaume Plensa. Artista (Barcelona, 1955).
1. El papel de los críticos es compartir el camino con el artista, hacer de puente entre el público y la obra.
2. Lo importante es emocionar. Luego puedes reflexionar, pero antes de nada tiene que provocar una emoción.
- Francisco Calvo Serraller. Catedrático de arte (Madrid, 1948).
1. A los críticos les daría un cero. A los medios: un 10. Museos y políticos, un ocho. Ése sería el peso. El arte se ha convertido en un fenómeno pop y los gestores del pop, que son los medios, son los que dictan los valores. El público, los artistas, los críticos, los museos..., siguen a los medios. Dentro de éstos, no hay que olvidar que hay categorías. Y la influencia de un medio escrito es irrelevante frente a una televisión.
2. El criterio del valor artístico de una obra hoy es que sea nueva, que parezca distinta, que sorprenda. No es lo que yo pienso, es lo que hay. Este criterio no tiene nada que ver con el que funcionaba antes, donde el valor de una obra tenía que ver con su capacidad de confirmar la tradición.
- José Guirao. Gestor cultural (Almería, 1959).
1. Imprescindible. Sin los mediadores, los artistas no llegarían al público ni el público a los artistas. En los últimos años, sin embargo, se ha producido una evolución que es negativa. Estos mediadores tienen cada vez menos peso frente al mercado, que es al final el que define lo que tiene interés y lo que no lo tiene.
2. Pesan varios factores: la trayectoria del artista; la resolución formal, su calidad; los criterios de valoración estéticos, políticos e ideológicos del momento (hay un peso importante de cada época en el arte); el paso del tiempo.
Sergio Prego. Artista (San Sebastián, 1969).
1. Empieza a haber comisarios que hacen esfuerzos por salir fuera de España, haciendo contactos... Ésa es la vía por la que los artistas españoles pueden tener la posibilidad de una presencia internacional. Me gustaría que los museos españoles se plantearan más establecer un intercambio con la comunidad local en la que se encuentran. Hay una perversión de la idea del museo como representante de la historia. Se trabaja en función de la trascendencia futura que pueda tener una obra, y creo que es un error.
2. El contexto histórico, no una cualidad física ni un valor. Entender la posmodernidad como un olvido histórico es un error.
Babelia
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