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Turquía acaba con la prohibición del velo en las universidades

El Gobierno islamista quiebra uno de los pilares del Estado laico

Juan Carlos Sanz

La prohibición del uso del velo en las universidades, uno de los pilares del Estado laico en Turquía, se quebró ayer definitivamente en el Parlamento de Ankara. El Gobierno del islamista moderado Recep Tayyip Erdogan sacó adelante, con el apoyo de un partido ultranacionalista, una revisión de la Constitución que acaba con el veto en los campus a las alumnas que cubren su cabeza con el pañuelo islámico, práctica que secundan dos de cada tres mujeres turcas. La prohibición del velo sigue vigente para profesoras y funcionarias.

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Los defensores del laicismo, que ayer movilizaron a más de 100.000 manifestantes en la capital turca, han anunciado que van a recurrir la reforma ante el Tribunal Constitucional. Creen que socava los cimientos del Estado fundado por Mustafá Kemal, Atatürk, tras la caída del Imperio Otomano.

La abolición de la prohibición del velo en las aulas -impuesta con el golpe de Estado de 1980 y reforzada en 1997, tras la intervención militar que forzó la dimisión de Necmettin Erbakan, el primer jefe de Gobierno islamista de la Turquía moderna-, ha sido uno de los ejes de la política de Erdogan desde su llegada al poder en 2002. Sus dos hijas, que usan el pañuelo, han tenido que cursar sus estudios universitarios en Estados Unidos. El primer ministro salió reforzado el año pasado de su enfrentamiento con la cúpula del Ejército gracias a su arrolladora victoria en las elecciones legislativas y pudo conseguir que fuera designado su brazo derecho, Abdulá Gül, como presidente de la República. Precisamente Gül, cuya esposa no pudo estudiar en una universidad por cubrirse también con el velo, será el encargado de promulgar la reforma constitucional aprobada ayer.

Los 403 votos sumados por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en el poder, y el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), en una Cámara de 550 escaños, cubren de sobra la mayoría de dos tercios exigida para las reformas constitucionales. El vicepresidente del AKP, Egemen Bagis, precisó ayer que lo que está en juego en Turquía es "la democracia, la libertad religiosa y los derechos humanos" para una parte importante de la sociedad. Bagis sostiene que la reforma garantiza "el principio básico de la tolerancia: la libertad tanto para poder llevar el velo o una minifalda".

A partir de ahora la Constitución turca garantiza que "todos los ciudadanos tienen derecho a recibir el mismo trato por parte de las instituciones del Estado" y que "nadie podrá ser privado del derecho a recibir educación". Las encuestas publicadas en la prensa turca reflejan que un 65% de los turcos aprueba la reforma constitucional, al considerar que defiende mejor la libertad religiosa, mientras sólo un 27% la rechaza, al calificarla como "un ataque contra el laicismo y el régimen republicano". El 99% de los turcos se declaran musulmanes.

Una manifestante a favor del laicismo porta un cartel donde se lee "Una imagen vergonzosa", ayer en Ankara.
Una manifestante a favor del laicismo porta un cartel donde se lee "Una imagen vergonzosa", ayer en Ankara.AP

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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