Huelva es marciana

Hace unos 3.500 millones de años, el planeta Marte tuvo océanos sobre su superficie. La presencia del agua, junto a la gran cantidad de hierro que contiene el planeta, hace que muchos científicos de prestigio internacional hayan fijado su atención en un rincón de España que guarda sorprendentes paralelismos con aquellas condiciones. Se trata del río Tinto, que cruza la provincia de Huelva de Norte a Sur y que alberga parajes que parecen fotografías hechas por las sondas estadounidenses Vicking enviadas a Marte a finales de los 70; o por los robots Spirit y Opprtunity, que circulan por el planeta desde hace cuatro años.

Fotografías como las realizadas por Julio Segura, que se ha embarcado junto al periodista Rafael Moreno y al científico del Centro de Astrobiología y catedrático de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid Ricardo Amils, en la realización del libro Río Tinto... Viaje a Marte, publicado con la colaboración de la Junta de Andalucía, la Obra Social de Cajasol y la Fundación Río Tinto y recientemente puesto a la venta.

"La hermandad entre río Tinto y Marte viene de antaño, y depende fundamentalmente del color. Río Tinto es rojo por el hierro que tiene y Marte también", explica Ricardo Amils. "Los últimos años, la exploración con sondas de Marte se han detectado minerales allí que son idénticos a los de Río tinto. Y en el caso de nuestro planeta esos minerales son producto de la biología, de unos microorganismos que son capaces de metabolizar minerales como la pirita y producir esos otros minerales que son básicamente sulfatos de hierro y óxidos de hierro", continúa el científico.

De hecho, esos microorganismos están digiriendo la faja pirítica ibérica, que es la mayor concentración de sulfuros metálicos que hay en el mundo. "Con lo que todavía tienen comida para rato, muchos millones de años", bromea Amils. Aunque el profesor que la presencia de esos sulfatos y óxido no demuestra que en Marte los hayan producido los microorganismos, "sí que despierta esa posibilidad", afirma. Por lo que hay que seguir investigando.

"Hoy en día, Río Tinto es un verdadero banco de pruebas de toda la metodología y la instrumentación científica que se van a mandar a las futuras misiones a Marte. Hay que pasar por aquí", dice Amils. Su importancia ha permitido a los investigadores del Centro de Astrobiología acceder a una información y una tecnología que no hubiesen soñado hace tan sólo unos años.

La traducción que hace Río Tinto... Viaje a Marte de esos complejos procesos biológicos, geológicos y su correspondencia el planeta vecino de la Tierra, es un conjunto de fotografías impresionante. Su autor, Julio Segura, reflexiona en la introducción del libro: "Es importante detenerse y ver las bellezas casi ocultas en los pequeños detalles del río, como por ejemplo una pequeña reflexión, el gran contraste de las aguas del Tinto rojas y ocres, a veces compartidas con bacterias de óxidos de azufre amarillo, y por qué no, la bellaza de la melanterita con sus tonos de color azul turquesa".