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Blair: "El ritmo de la negociación es insuficiente"

El mediador apremia a palestinos e israelíes a lograr un acuerdo en 2008

El reloj corre deprisa y el desafío, precisa Tony Blair, "es inmenso". El mediador del Cuarteto (EE UU, UE, ONU y Rusia) derrocha optimismo, sin ignorar que los obstáculos para israelíes y palestinos firmen el pacto para la creación de un Estado palestino antes de final de año son descomunales.

Rechaza de plano el derrotismo durante una conversación con cinco periodistas europeos en el hotel American Colony, su cuartel general en Jerusalén Este. Porque asegura que los efectos de los proyectos para impulsar la economía en Cisjordania comienzan a apreciarse. No basta, y apremia a las partes. "El ritmo de la negociación es insuficiente para alcanzar el acuerdo en 2008", afirma Blair.

El ex primer ministro británico se somete sin preámbulos a las preguntas. "Tengo confianza. Creo que es posible el acuerdo si se consiguen cambios sobre el terreno". Es el quid de la cuestión. Han transcurrido más de dos meses desde la conferencia de Annapolis y la cifra de palestinos muertos crece a mayor ritmo desde el 27 de noviembre, mientras las milicias lanzan cohetes a diario sobre el Negev.

"Hay que ofrecer garantías de seguridad a Israel y que los palestinos se convenzan de que la ocupación terminará". Nada menos. El Gobierno hebreo no ha levantado ninguno de los controles militares e impedimentos a la libertad de circulación que imposibilitan el desarrollo de Cisjordania. Insiste el Gobierno israelí en que el régimen de los check-points no va a aflojarse. Blair no desespera: "No va a ocurrir de la noche a la mañana. Pero algo debe pasar para que suceda. Pueden evacuarse algunos outposts [asentamientos judíos salvajes] y retirarse bloques de piedra que cortan carreteras. Necesitamos actuar con urgencia para impulsar los proyectos".

Blair enfatiza, no obstante, que los beneficios de los planes económicos que apadrina en Jericó, Yenín, Belén, Hebrón y Gaza ya se perciben. También es necesario, a su juicio, que se abran los puentes que unen Cisjordania con Jordania.

Mucho más tiene que ocurrir, sin embargo, para que nazca el Estado palestino en Gaza y Cisjordania. Partidario del aislamiento de los islamistas mientras no reconozcan la existencia de Israel -"sé que mi trabajo no es muy popular por expresar el punto de vista israelí", dice-, cree imprescindible que Hamás detenga el disparo de cohetes para que Mahmud Abbas se reconcilie con los fundamentalistas. Todo debe pasar en 10 meses. Un reto enorme.

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