Calatrava cuestiona que el "interés público" justifique la alteración de su puente bilbaíno

El arquitecto Santiago Calatrava insiste en pedir una compensación económica al Ayuntamiento de Bilbao por la ampliación de su puente, el Zubi Zuri, y argumenta que no existe ningún interés público para rechazar su demanda, según figura en el recurso que sus abogados presentaron ayer.

Los letrados apuraron hasta el último día del plazo legal para elevar sus argumentos a la Audiencia contra la sentencia de un juzgado de lo Mercantil de Bilbao que el pasado noviembre admitió que el consistorio alteró la obra artística de Calatrava, pero rechazó su reclamación al dar prioridad a su función pública como puente. Fue el primer pleito por la vulneración de la integridad de una obra de ingeniería, que también enfrentaba por vez primera en Europa a dos arquitectos de prestigio: Calatrava y el japonés Arata Isozaki, diseñador de la pasarela engarzada al Zubi Zuri.

El arquitecto valenciano se muestra conforme con gran parte de los argumentos de la sentencia, que reconoce que su puente es una obra original y merece una protección. Sin embargo, rechaza la existencia de un "verdadero interés público que prevalezca sobre el derecho de autor". Añade que la pasarela de Isozaki tiene utilidad pública, pero discute que "responda a un interés público" de los bilbaínos, arguyendo que facilita un tránsito que en ningún momento estaba obstaculizado.

La defensa agrega que había otras opciones para mejorar las comunicaciones "sin alterar el puente" y que existe otro "interés público primordial": la conservación del patrimonio histórico de la ciudad, en la que incluye el Zubi Zuri. El Ayuntamiento estaba obligado a buscar una "alternativa útil para los ciudadanos" y que permitiese "conservar una obra artística que es emblema de la ciudad de Bilbao". Recuerda que las autoridades municipales no consultaron la ampliación con Calatrava, lo que reconoce la sentencia. "En consecuencia existe un claro interés público que ha sido desatendido y vulnerado", añade.

El recurso mantiene las pretensiones iniciales del arquitecto: la demolición de la pasarela de Isozaki o, si se desestima por utilidad, una declaración de que se han vulnerado los derechos de autor de Calatrava y una compensación económica cifrada en tres millones de euros. El profesional cobró por el Zubi Zuri un total de 500.000 francos suizos (unos 320.000 euros).