_
_
_
_
_
Reportaje:DÍAS DE CARNAVAL | Lunes

'Talai-dantza' a la sombra del Txindoki

Amezketa vive la cuestación de los jóvenes del pueblo de caserío en caserío

El carnaval, sobre todo en los pueblos, tiene sus raíces en el cambio de ciclo que supone el final del invierno y el despertar de la primavera. Al mismo tiempo que la tierra se despereza, también las gentes del campo festejan la llegada de la nueva temporada y se conjuran con bailes simbólicos en los que se lucha contra la temida plaga de insectos que pueda amenazar la futura cosecha. Así lo entiende el etnógrafo Juan Antonio Urbeltz que ve en bailes como el de ayer y hoy en Amezketa y Abaltzisketa un claro ejemplo.

Es posible que la talai dantza que ejecutan los txantxok de Amezketa frente a los caseríos de este municipio guipuzcoano y a lo largo de las calles del núcleo urbano beba de aquel imaginario rural, como apunta Urbeltz. Pero, con el tiempo, la danza simbólica ha adquirido ingredientes festivos y jocosos. Que se lo pregunten a los vecinos que ven en estos días pasar a la cuadrilla de txantxok por la puerta de sus casas.

La comparsa está formada por un grupo de mozos que bailan siempre en número par, como mínimo ocho, que van acompañados de un acordeonista, el mozorro y el zesterue. Cada dantzari lleva un palo de haya o acebo en cada mano, que entrechocan con los de sus compañeros en un baile cruzado. Los txantxok visten todos igual, con pantalón mahón, camisa blanca, pañuelo vistoso al cuello y txapela negra, y calzan abarcas.

El mozorro ejerce de asistente y director de comparsa: barre el suelo donde bailarán los txantxok, lleva las makilas de recambio y organiza el baile. Otra cosa es el zesterue, el personaje más carnavalesco de la cuadrilla que baila a la sombra del Txindoki.

Viste también de casero y lleva al hombro un palo del que cuelga una cesta en la que transporta los donativos que reciben en los caseríos. Va con la cara tiznada de negro y con unas barbas postizas, con el fin de que no se le identifique en sus correrías. En un tiempo este personaje intentaba apropiarse de cuanto podía en los caseríos que visitaban mientras los txantxok bailaban.

Los txantxok de Amezketa saldrán esta mañana temprano por el pueblo, después de que ayer recorrieran los caseríos. Por la tarde llegará la merecida merienda y el descanso después de dos jornadas de talai-dantza.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Y también...

- El carnaval navarro, desde Ituren a Cintruenigo, de Alsasua a Tudela o Estella, es quizás uno de los más ricos que se conservan en cuanto a personajes míticos, como el Ziripot de Lantz, los zanpazar de Goizueta o el oso de Arizkun. Pero hoy, lunes, en Bera de Bidasoa y Lesaka se tiene la oportunidad de presenciar sendas tradiciones vinculadas con la cuestación, como la de los txantxok de Amezketa.

- En Bera, la cuadrilla de los jóvenes recorrerá el pueblo durante todo el día para realizar lo que llaman el zingar-arrautzea. Ya por la tarde, habrá un pasacalles con el grupo Gadjo, en Altzate, desde las 19.00 horas.

- En Lesaka, la petición de alimentos y dinero por las casas se conoce como el arraultze-arraultze que ejecutan las cuadrllas de 'goitarras' y 'fraindarras' (según provengan de una u otra zona del pueblo) desde primeras horas de la mañana. El programa se completa con la salida de las carrozas a partir de las 12.30. Y a las 19.00, llegará la verbena con Gaubela.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_