Tala de 20.000 encinas
Los responsables del medio ambiente nos bombardean sin parar con mensajes sobre los terribles problemas que acechan al planeta y nos piden que nos esforcemos separando para reciclar, ahorrando agua y usando el transporte público. Y la ministra de Medio Ambiente no para de insistir sobre uno de los mayores problemas medioambientales de este país, la imparable desertización que está devorando Andalucía.
Pero la señora Narbona, máxima responsable de cuidar el medio ambiente como ministra del ramo que es, permite que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, dependiente de su ministerio, tale 20.000 encinas centenarias en las obras de construcción de la presa de la Breña II, en el río Guadiato de Almodóvar del Río, en Córdoba.
Nada más y nada menos que 20.000 encinas centenarias, que forman un bosque de 800 hectáreas (800 campos de fútbol), están siendo brutalmente arrancadas desde el pasado 21 de enero mientras Medio Ambiente mira para otro lado y deja hacer.
Y, sin entrar otra vez en la discusión (ya cerrada) de la conveniencia o no de acometer esa obra, lo que es vergonzoso es que, existiendo la posibilidad del trasplante con más de un 90% de garantía de éxito (hecho en condiciones y por una empresa especializada) hayan decidido no complicarse la vida y tirar por la calle de en medio, arrancando las encinas.
¿Y cuál es el valor que tiene para Medio Ambiente una majestuosa encina de varios cientos de años? ¡10 euros! Que es lo que paga la empresa constructora por cada encina a quienes compran los árboles arrancados para hacer leña. Señora Narbona, esto es una vergüenza, ¡pare la tala ya.
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