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Reportaje:

Cómo poner un jamón en China

Un consorcio exporta alimentos de Valencia al gigante asiático

Explica Miguel Pérez, gerente del consorcio exportador D'elitte, que, entre pedazo y pedazo, hubo en una feria quien se comió, literalmente, las lonchas de un jamón con plástico incluido. No se lo han contado, lo vivió él mismo, y es sólo una de las muchas anécdotas que ocurren cuando lo que se exportan son alimentos. Jamón, aceite de oliva, vino y chorizos en Nueva Zelanda. Queso manchego y anchoas en Kazajistán y Australia. Y kilos y kilos de aceitunas, miel o sobrasada exportadas hasta 15 países de tres continentes en apenas dos años. Todos estos productos se aglutinan bajo una marca única, D'elitte, un consorcio de exportación de origen valenciano (tres de las cinco empresas que lo componen son valencianas) creado para producir y promocionar alimentos gourmet de origen español a todo el mundo.

"Es el año de los Juegos Olímpicos y debemos aprovechar esa energía"

Creado bajo el paraguas del Icex (Instituto Español de Comercio Exterior) en 2005, el primer jamón enviado legalmente desde Valencia a China portaba la enseña de D'elitte. "Expusimos en la feria de Shanghai el pasado mes de noviembre. A las empresas españolas nos dejaron cortar jamón excepcionalmente porque venían los Príncipes, ya que celebrábamos el año de España en China", recuerda Miguel Pérez. Tampoco puede olvidar que "los chinos se volvían locos con el jamón, hacían cola", y que casi no daba abasto a cortar para todos. Seguro que a más de uno le supo a poco porque tras la feria el preciado porcino fue devuelto a las aduanas debido a que su comercialización no es inmediata. Comenzará a distribuirse en los próximos meses, cuando se cumplan todos los protocolos sanitarios que exige el país.

Entonces comenzará la expansión de D'elitte en Asia. Así se plantean este año. Pero, ¿por qué todas las empresas tienen ahora esa querencia por el país más poblado del mundo?

"Hay más posibilidades de crecimiento y el mercado está menos saturado", responde expeditivo el gerente. Vicente Muedra, el asesor comercial que pronto se instalará en Pekín para hacerse cargo de la zona Asia-Pacífico, apostilla que el país se presta, por la coyuntura: "Es el año de los Juegos Olímpicos y debemos aprovechar esa energía". Si al rebufo de la cita mundial se añade, según describe Muedra por una experiencia previa, que en Pekín está afincada una comunidad occidental importante, y que el poder adquisitivo de los lugareños es elevado, el debut pinta bien.

No obstante, hacer pronósticos en el campo de la exportación, sobre todo en alimentación, es una frivolidad, porque según advierte el gerente, los alimentos exportados no son de consumo habitual en el resto del mundo aunque a nosotros nos lo parezca, con lo que alcanzar un gran volumen de ventas, así como posicionarse en los lineales, resulta muy complejo. "A los chinos les pasa con nuestros productos, lo que a nosotros nos ocurre con el tofu y otros alimentos chinos. Algunos no sabemos ni tan siquiera que existen y de la mayoría desconocemos cómo cocinarlos. Nuestro importador allí, por ejemplo, nos ha dicho que la población china no admite las aceitunas, porque les molesta el hueso".

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Además, son productos de gama alta: en el país de destino pueden llegar a triplicar su precio. A todos estos imponderables hay que sumar las barreras burocráticas y aduaneras del complejo y cambiante marco normativo de cada país. Pese a todo, en los próximos meses prevén estrenarse con sus delicatessen en Singapur y expondrán de nuevo en Japón, donde ya venden en una cadena de supermercados gourmet.

La vocación de D'elitte es diversificar al máximo el número de clientes importadores, precisamente porque la penetración resulta lenta. El producto estrella del consorcio es el aceite de oliva frente a la sobrasada, la gran desconocida en el exterior. En 2008 empezarán a distribuir el dulce del Quijote, el membrillo.

Otros productos, como los vinos, se venden con dificultad por la emergencia de los mercados de nuevo cuño. "Como el euro está tan fuerte y los hidrocarburos no paran de subir, a un británico puede resultarle más barato traerse un contenedor de Chile que un camión de España", comenta Pérez. Australia también aprieta con sus caldos. Sin olvidar que otros países, como Francia e Italia, llegaron mucho antes y monopolizan mercados.

El gerente de D'elitte advierte de que muchas veces se peca de triunfalismo, asumiendo que exportar un producto garantiza un éxito rotundo en el país de destino, lo que provocaría ineludiblemente un incremento del precio en el país de origen. La reciente distribución por parte de una empresa salmantina a EE UU de la joya del jamón, el ibérico, generó estas reacciones en la población española. "En cierta medida se está alarmando a la población innecesariamente porque todavía no sabemos los resultados, pero, en cualquier caso, debemos exportar, para traer divisas al país y conseguir una balanza comercial positiva. Lo contrario sería instalarse en la autarquía".

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