Letras sádicas y bailes sangrientos: el musical ideal para Tim Burton
El cineasta presenta 'Sweeney Todd', adaptación a la pantalla de la obra teatral
La edad no perdona a nadie. Hasta los chicos rebeldes acaban siendo no tan chicos: aquella mata de pelo del cineasta Tim Burton, estilo Punset, se ha convertido en una pelambrera aún desordenada, pero no tan tupida. De ahí para abajo, Burton, a sus 49 años, sigue igual: dicharachero, divertido, autoparódico y orgulloso de ser diferente.
"Es un filme para niños. Bueno, para niños extraños como yo", dice el director
Al menos así apareció ayer en Madrid en la multitudinaria rueda de prensa de presentación de su último filme como director, Sweeney Todd, la adaptación al cine del musical de Stephen Sondheim, una labor que parecía hecha a medida para el cineasta californiano: siglo XIX, ambiente gótico, sangre (a chorros), cuchillas, venganza, asesinatos, canibalismo y bruma londinense. Si no fuera porque Sweeney Todd, subtitulada en España para su estreno el próximo 15 de febrero El barbero diabólico de la calle Fleet, es, obviamente, un musical. Y encima de éxito ininterrumpido desde su estreno en Broadway en 1979. "Pues no, no me gustan los musicales... excepto éste. La mezcla de la belleza de su partitura con la imaginería de terror, su humor y su amor trágico lo hacen singular". Y con un papel a la altura de su actor fetiche (Johnny Depp), Sweeney Todd, un barbero que vuelve a Londres clamando venganza tras 15 años de injusto exilio. Su esposa ha desaparecido y el juez que lo condenó, para quedarse con su mujer, es ahora el tutor de su hija. Así que Todd abre una barbería encima de la panadería de su nueva compinche, la señora Lovett, y allí rebana gargantas de elegantes caballeros londinenses como práctica a la espera de que el juez necesite un afeitado apurado. En el sótano, Lovett tritura los cadáveres y los usa como relleno para sus empanadillas, todo un inesperado éxito gastronómico. "Sondheim siempre dijo que quería actores que cantasen y no cantantes que actuaran. Él aprobó el reparto, y nos dejó vía libre para todos los cambios, que son muchos, porque comprendió la diferencia que hay entre un musical y una película como ésta, impresionista y no realista, de liberación emocional". Depp estaba desde los inicios del proyecto, pero el resto de los actores tuvo que superar varias pruebas de canto. Incluida Helena Bonham Carter, coprotagonista del filme y pareja de Burton. En ella recae el peso de la señora Lovett, otro personaje con trágico final. "Fue un placer quemar a Helena [risas]. En mitad del rodaje supimos que estaba embarazada, y claro, no pude lanzarla con todas las fuerzas dentro del horno".
En cuanto a Depp, Burton se confiesa tan fan como amigo del actor, después de sus colaboraciones en Eduardo Manostijeras (1990), Ed Wood (1994), Sleepy Hollow (1999), Charlie y la fábrica de chocolate (2005) y La novia cadáver (2005). "En realidad, es como si trabajase con personas diferentes. Cambia mucho. En Hollywood le consideran un galán, para mí es un actor al estilo de los intérpretes de los filmes de terror del Hollywood clásico, un tipo que crea personajes. Y éste es un nuevo capítulo en su carrera". Para que todos se sumergieran en la atmósfera, durante la filmación escuchaban de fondo las canciones. "Sondheim es un maestro del fraseo. Sus canciones ya describen a los personajes: las letras los definen. Y la música transmite el movimiento a los actores. Fue estimulante".
Tantos litros y litros de sangre y tanta muerte no impiden a Burton una nota de humor sobre su posible público: "Sweeney Todd y Sleepy Hollow son películas para niños, bueno, para niños extraños como yo lo fui. De crío vi en la tele un montón de filmes de terror. Tal vez por eso los otros niños no querían jugar conmigo. Si en todo trabajo hay referencias autobiográficas, vale, digamos que yo soy Sweeney Todd, con la única diferencia de que yo no sé cantar [risas]". Y eso lo dice un reciente padre de familia, desde el pasado 15 de diciembre. "Mi vida ha mejorado desde que me mudé a Londres. Por ejemplo, ahora me siento cómodo como director con universo propio. Antes no. Pero como no quería que eso se convirtiera en un producto de venta, huí de Los Ángeles". Para acabar, un canto a los cuentos de hadas. "Tocan el humor, el terror, la muerte y lo oscuro. Igual que la vida". ¿Y los premios? Después de recibir este año un León honorífico en Venecia por toda su carrera y ganar con Sweeney Todd el Globo de Oro a la mejor película musical o cómica, Burton, entre risas, reconoce que sin embargo no tiene muchas esperanzas puestas en las candidaturas a los Oscar, que se anuncian hoy. "No espero nada. Soy feliz con hacer largometrajes. Además, las pelis musicales de terror no suelen llevarse premios".
Babelia
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