La popularidad de Sarkozy cae por debajo del 50%
Críticas a que el presidente exhiba su vida privada
El estado de felicidad que exhibe el presidente francés, Nicolas Sarkozy, no concuerda con la opinión que de su gestión tienen los franceses. De vuelta al trabajo tras sus muy comentadas vacaciones en Egipto y Jordania junto a su novia, la ex modelo y cantante Carla Bruni, el inquilino del Elíseo se ha desayunado con la noticia de que, por primera vez desde su toma de posesión, la pasada primavera, su cota de popularidad ha bajado del 50%. Una amplia mayoría considera que Sarkozy exhibe "demasiado" su vida privada y que no ha conseguido elevar el nivel de vida de sus conciudadanos como prometió en su campaña.
Hoy reanudará el contacto con sus compatriotas con una conferencia de prensa que se anuncia multitudinaria. Rompiendo la tradición francesa de las recepciones para expresar los buenos deseos para el año que comienza, Sarkozy ha cambiado esta ceremonia protocolaria por un encuentro con medio millar de periodistas que, a buen seguro, no sólo le preguntarán sobre su programa de reformas, sino también sobre su vida privada.
A dos meses de las elecciones municipales en las que su partido, Unión por un Movimiento Popular, se juega un importante espacio de poder y empleo, las encuestas aparecidas ayer muestran que la imagen del presidente y la valoración de su gestión se deterioran. El sondeo de CSA para Le Parisien registra una caída de siete puntos -hasta el 48%- en la cota de confianza que los franceses otorgan a Sarkozy, lo que supone 17 puntos menos que en verano. Menos dramático es el que registra el de LH2 para Libération, que le da una caída de dos puntos hasta el 54%, y de 13 puntos desde julio.
Más preocupante para el jefe del Estado francés es que el 63% opina que exhibe demasiado su vida privada y un 62% piensa que las medidas que ha tomado no han conseguido mejorar el poder adquisitivo de los franceses, según la encuesta de LH2. La de CSA señala también que donde se produce la mayor caída en la popularidad del presidente es en la franja de entre 50 y 64 años en las clases populares, las más críticas con la exhibición de lujo que acompaña a Sarkozy durante sus vacaciones.
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