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Un 'spaghetti western', el nuevo proyecto de los Coen

Después de su incursión en el oscuro mundo de Cormac McCarthy -en cuya novela No es país para viejos se basa la película homónima con la que están cosechando premio tras premio-, los hermanos Ethan y Joel Coen miran hacia el Lejano Oeste americano en formato spaghetti western y anuncian teñirlo de sangre. "Vamos a hacer algo muy gore. Hemos escrito un western con mucha violencia, donde se arrancan cabelleras y se cuelga a la gente. Es bueno", ha dicho Joel Coen durante la promoción de su último filme. "Habrá muchos indios torturando gente con hormigas y cortando los párpados de sus víctimas. Es un western de verdad, que transcurre en 1870 y en el que habrá una secuencia con una gallina que nadie podrá olvidar", comenta esta pareja que trabaja en simbiosis absoluta desde 1984, cuando firmaron juntos su primer largometraje, Sangre fácil, que, como todos los que han hecho, dirige oficialmente Joel, aunque en realidad tanto el guión como la dirección sea cosa de ambos (el sindicato estadounidense de directores no permite que un filme tenga dos realizadores). Lo que nunca harán, según han dicho, es filmar ciencia-ficción. "A ninguno de los dos nos atrae el género. No creo que pudiéramos lidiar con el tema de los trajes de astronauta", confiesa Ethan.

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