España subraya su satisfacción con la reforma europea del vino

Tres días de negociaciones dieron ayer a luz la reforma europea del sector del vino con la que Bruselas pretende dar prioridad a la producción de vino de calidad para competir con los vinos de los mercados emergentes.

Las negociaciones dieron como resultado un texto muy rebajado respecto a las propuestas iniciales de la Comisión Europea. La reforma, que contempla el arranque voluntario de 175.000 hectáreas en tres años, entrará en vigor durante el verano de 2009.

La ministra española de Agricultura, Elena Espinosa se mostró ayer "muy satisfecha" con el resultado de las negociaciones. España, tercer productor de vino de la Unión, seguirá siendo el mayor receptor de fondos comunitarios, con unos 420 millones de euros anuales, según explicó Espinosa al término del consejo de ministros de Agricultura de los Veintisiete. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos destacó la gran mejora respecto a la propuesta inicial.

El texto acordado ayer contempla un periodo transitorio de cuatro años en los que los agricultores podrán seguir recibiendo subvenciones para la destilación de alcohol de crisis (que se convierte en biocombustible) y una ayuda a los agricultores, no a los destiladores, para el vino para licores como el brandy.

La liberalización de las viñas, que acabará con el sistema de derechos de plantación queda aplazada hasta el año 2018. El abandono de las plantaciones y el arranque voluntario será fomentado con ayudas que rondan los 5.000 euros por hectárea.