Lectura y tecnología

Aunque Muñoz Molina critica con razón algunos de los aspectos del artículo de Vicente Verdú, Miseria de la escuela, no aprecia sin embargo los puntos positivos que éste contenía. Existe una especie de fetichismo con respecto al libro, muy propio de ciertas generaciones, que olvida a menudo que lo importante no es la lectura en sí sino el conocimiento, y que para ello las nuevas tecnologías han dispuesto instrumentos y recursos cuyas posibilidades apenas estamos empezando a vislumbrar. Ello implica efectivamente una exigencia de renovación por parte del profesorado, no sólo en lo que se refiere a los avances tecnológicos, sino principalmente en la mentalidad con respecto a las posibilidades que ofrecen estos medios para alcanzar el fin de formar a los alumnos. Yo he escuchado a Javier Echeverría reivindicar las posibilidades de la videoconsola para plantear determinados problemas de ética, que resultan muchos más vivos y acuciantes que en su mera exposición teórica en los textos. La lectura es, por supuesto, un vehículo básico de comprensión, pero pretender otorgarle la exclusividad de la que hasta ahora había disfrutado es, sin duda, vivir en otro siglo.