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Reportaje:

Entre rubias anda el juego

La cervecera holandesa Grolsch acepta una oferta de compra de su competidora SabMiller

Seguridad y crecimiento a cambio de perder su independencia, ha sido el lema aplicado por la cervecera holandesa Grolsch para aceptar una oferta de compra de su competidora SabMiller por valor de 816 millones de euros. La primera casa es la más antigua de los Países Bajos, y en su museo, conserva el pozo y las bodegas utilizados en 1614. La otra es la segunda firma del mundo y reúne a la compañía surafricana South Africa Breweries y a la británica Miller Brewing, junto con la mayor de Colombia, Bavaria. Un trío compacto que domina los mercados de África, Norteamérica, Suramérica y Europa oriental, y cuya propuesta de adquisición no ha podido ser más llamativa: 48,25 euros por cada acción de Grolsch, un 83% más que la cotización media.

La oferta se ha efectuado de forma amistosa y tras cuidadosas negociaciones destinadas a garantizar los intereses de la cervecera holandesa

La oferta se ha efectuado de forma amistosa y tras cuidadosas negociaciones destinadas a garantizar los intereses de la cervecera misma, sus 865 empleados y los accionistas. La estrategia puede parecer elemental, pero SabMiller ha querido evitar el traspié dado en 1998 por la primera compañía mundial del ramo, la belga-brasileña InBev, cuando trató de hacerse con Grolsch. InBev no lo consiguió, y los asesores bancarios de SabMiller se han empleado a fondo para asegurar esta vez que Grolsch mantendría su identidad, imagen y presencia en el este del Holanda. Ahí, en la región de Twente, uno de los dichos populares más arraigado recuerda que todo el mundo ha trabajado alguna vez para la cervecera. Por eso, y porque los aspirantes a nuevos dueños no ignoran que a pesar de las declaraciones de buenas intenciones Grolsch pierde una independencia de cuatro siglos, han garantizado los convenios y las pensiones de los trabajadores.

Grolsch ocupa el puesto número 21 en el ranking mundial del sector, pero en Holanda ocupa el 50% del mercado interno. Su cerveza de bandera, la Premium Pilsner (o Premium Lager) supone el 95% de las ventas totales. Ab Pasman, su presidente, sabe que anunciar la venta -incluso con la buena disposición de la familia De Groen, poseedora del 37% de las acciones- es un trago, y de ahí que haya admitido tener sentimientos encontrados. "Te despides de la preciada independencia, pero se abren a cambio perspectivas de futuro", afirma.

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