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La terraza del hotel Victoria lleva un año abierta sin licencia

El Ayuntamiento aprueba un plan especial para legalizar el proyecto

Daniel Verdú

La terraza de copas del hotel Me (antes hotel Victoria), perteneciente a Sol Meliá y situado en la plaza de Santa Ana, lleva sirviendo copas desde octubre de 2006. Cuando cae el sol se llena de gente dispuesta a pasarlo bien mientras disfruta de las vistas del Madrid antiguo. Pero esta terraza no tiene licencia de funcionamiento.

Así lo admiten la propia empresa y el Ayuntamiento de Madrid, que ha aprobado el plan especial para las obras casi un año después de la inauguración del local.

Urbanismo ordenó parar las obras hace dos años; la empresa hizo oídos sordos
Una responsable municipal asegura que la compañía "tendrá una sanción"

El caso de la terraza del hotel Me no es tan aislado. Es otro ejemplo de los muchos establecimientos que funcionan en Madrid al margen de la ley por la lentitud con la que se tramitan los permisos municipales.

Multitud de empresas como ésta se embarcan en la aventura de realizar las obras y luego esperan a que se legalicen. Y esperan mucho. Por eso al final deciden abrir sus puertas sin todos los papeles en regla.

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Un portavoz municipal asegura que "si el local está sirviendo copas no es un problema de disciplina urbanística". "Eso lo tiene que denunciar un particular. En ese momento la policía irá, levantará un acta y se emite una orden de clausura", confirma.

El edificio que acoge al hotel Me goza de protección de nivel 1. Se trata del máximo blindaje que establece el Plan General de Ordenación Urbana vigente desde 1997. Para su remodelación u obras requiere de la aprobación de un plan especial, un proyecto que define cuáles son las obras que se van a realizar y cómo se respetarán los elementos arquitectónicos protegidos. Sin el plan especial, no se concede la licencia de obras, actividad y funcionamiento que le permitan llevar a cabo su actividad comercial. Sin embargo, la inspección de disciplina urbanística, dependiente de la Concejalía de Urbanismo, ya detectó en noviembre de 2005 que se estaban haciendo obras en la azotea del edificio sin haber solicitado la licencia.

Urbanismo solicitó en esas fechas que se modificaran algunos aspectos del plan que la empresa había presentado. Pero los trabajos siguieron en marcha. La empresa tenía prisa por terminar para abrir el local y rentabilizar su inversión. Unas semanas más tarde, el 10 de enero de 2006, Urbanismo ordenó la suspensión de las obras.

Según se recoge en el expediente urbanístico, Sol Meliá hizo oídos sordos en lo de parar la piqueta, pero aportó parte de la documentación requerida. En este periodo, la Administración y la empresa se cruzaron multitud de cartas sobre el cumplimiento de los trámites requeridos. Pero el 10 de abril de 2006 Urbanismo pidió a la Policía Municipal que precintara las obras.

Cuando se pide una licencia, se paraliza el expediente disciplinario hasta ver si el proyecto es legalizable. "Si lo es, le das la licencia, y le das sanción. Si la obra es legalizable, tendrá una sanción", amenaza la directora general de Urbanismo, Beatriz Lobón.

Un portavoz de Sol Meliá explica que "la licencia de esa parte del hotel está en aprobación inicial. Se está adecuando de un uso a otro". Y añade: "La licencia no está concedida. Pero está informada favorablemente".

Desde el Ayuntamiento parece que le dan la razón. "Han pedido una licencia y por lo tanto no se les puede paralizar la obra. Cuando termine el procedimiento veremos qué parte de la ordenanza han incumplido", dice Beatriz Lobón.

La responsable de Urbanismo recuerda que esta empresa "hizo una reforma. Tenía la correspondiente licencia de obra y actividad. Pero quería modificar la cubierta, para lo que pidió otra licencia. Esta actuación requería un plan especial, que está aprobado inicialmente y está en periodo de exposición al público", sentencia. Por eso, justifica Lobón, "tiene licencia de actividad y de obra, pero no de funcionamiento".

El portavoz de Meliá insiste en que la empresa cumple "con todos los requisitos". "Sabemos lo que te piden para aprobar el plan especial. Ahora estamos esperando que se apruebe el plan definitivo", añade justo antes de reconocer: "Sí, no tenemos la licencia definitiva". Entre el plan especial aprobado inicialmente y la concesión definitiva transcurren normalmente entre cuatro y ocho meses.

Desde Urbanismo se lo toman con calma. "Será ilegal cuando termine el procedimiento. La infracción urbanística no está todavía demostrada".

El plan especial fue aprobado de forma inicial el pasado mes de noviembre. Ahora el Ayuntamiento de Madrid tiene que estudiar el expediente y aprobarlo definitivamente, cosa que esperan los empresarios con ansiedad. Tanto que no les importa que les llegue con alguna sanción incluida.

Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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