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Soria tacha de "poco ético" negar que los condones frenen el sida

El ministro sale al paso de las teorías sostenidas por la Universidad Católica

El ministro de Sanidad desautorizó las campañas en contra de los preservativos durante la inauguración ayer de un máster en Biomedicina de la Universidad de Jaén. Quienes se oponen al uso de los condones para frenar el sida "están mandando un mensaje muy poco ético" a la sociedad, declaró Bernat Soria.

"Lo ético es proteger a los ciudadanos y procurar que no tengan la infección por virus y que no desarrollen el sida"; "hoy por hoy, es la mejor medida que tenemos para protegernos frente al sida, que es una enfermedad terrible y que supone un gran coste para España", añadió.

El ministro, número uno del PSOE en las listas al Congreso por Alicante, subrayó que en los últimos tiempos se ha observado un cambio de tendencia en la vía de transmisión de este virus. En los primeros 10 años la forma más común de infección se producía a través de jeringuillas y llegaba a poblaciones marginales y de drogadictos, mientras que en los últimos años esa vía ha disminuido y ha aumentado la de transmisión sexual.

No mencionó a la Universidad Católica San Vicente Mártir de Valencia, cuyo Observatorio de Bioética, financiado por la Generalitat, sostiene teorías que descalifican los condones como herramienta para evitar el avance del sida y defienden como único método seguro la castidad y la monogamia. El ministro había hablado de la Católica el domingo, durante un acto en Alicante, para recordar que corresponde al Gobierno y no al Consell la homologación de títulos y de planes de estudios. La Generalitat concedió en marzo una facultad de Medicina a la universidad de la Iglesia y trató de acelerar los trámites para que la pusiera en marcha en octubre, antes de ser autorizada por el Consejo de Coordinación Universitaria.Bernat Soria se fijó en la presentación del máster de Biomedicina en el mismo ejemplo que se escuchó hace dos semanas en el congreso de Bioética organizado en la Universidad Católica, el de África. Los participantes en las jornadas del Observatorio de Bioética destacaron el caso de Uganda. El único país del mundo, dijeron, donde se ha conseguido reducir el contagio del sida gracias al retraso del inicio de la edad en que se comienzan a tener relaciones sexuales, la propagación de la monogamia y la castidad, y no a las campañas del uso del preservativo. Esta última estrategia, afirmaron, no habría logrado disminuir la incidencia de la enfermedad en ningún lugar.

El ministro de Sanidad habló, en cambio, de los países africanos más afectados por el sida, en los que uno de cada cuatro habitantes es portador del virus, para destacar la necesidad de generalizar la práctica de sexo seguro por medio del condón. Soria también resaltó la importancia de hacerse las pruebas (anónimas y gratuitas) para la detección precoz de un virus que, añadió el titular de Sanidad, "cuando se conoce con tiempo suficiente permite que el tratamiento con antiretrovirales detenga la progresión de la enfermedad y en muchos casos que la enfermedad no aparezca".

Títulos extranjeros

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El debate sobre el respaldo público a la universidad del arzobispado fue retomado por Alfons Sanmartín, portavoz socialista de Educación en las Cortes. Sanmartín respaldó la postura de Soria sobre la competencia exclusiva del Gobierno en la homologación de títulos. Y discutió la eficacia de la facultad otorgada a la Católica para hacer frente a la escasez de facultativos. El socialista señaló que Medicina en la Universidad "no solucionará" el problema, porque sólo plantea abrir un cupo de 60 alumnos; "los socialistas proponemos ampliar el número de plazas en las universidades de València y Elche, así como establecer estudios de Ciencias de la Salud en la Universidad Jaume I de Castellón".

El portavoz socialista fue igualmente crítico con el proyecto de ley del sistema valenciano de títulos y acreditaciones de la enseñanza superior presentado por el Consell que se encuentra en trámite parlamentario. Según Sanmartín, el proyecto de la Generalitat vuelve a invadir competencias estatales al arrogarse la capacidad para reconocer la validez de los títulos de carreras expedidos por centros extranjeros.

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