Evo Morales impone su Constitución
El partido gubernamental boliviano aprueba en solitario la nueva Carta Magna - La oposición tacha la medida de ilegal, y los disturbios dejan tres muertos
En el interior de un edificio militar de Sucre, con la ausencia total de la oposición y mientras en las calles se producían fuertes enfrentamientos entre policías y manifestantes -que dejaron tres muertos y más de un centenar de heridos- la Asamblea Constituyente boliviana aprobó ayer la nueva Carta Magna, que supone el primer paso en la "refundación nacional" del país proyectada por el presidente, Evo Morales. Toda la oposición y los gobernadores de varias regiones calificaron la votación de atropello a la legalidad.
Sucre, la capital constitucional de Bolivia, situada a 420 kilómetros en línea recta al sureste de La Paz, se ha convertido en un gran tablero de ajedrez donde partidarios y detractores del proyecto de Morales se mueven a medida que pasan las horas mientras aumenta el número de víctimas. El primer movimiento comenzó a ser ejecutado el pasado jueves, cuando varias columnas de simpatizantes de Morales, procedentes de Cochabamba, El Alto y La Paz, llegaron hasta las inmediaciones de la ciudad. Veinticuatro horas después, los 138 diputados del Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales se encerraban en el Liceo Militar y, dado que tienen la mayoría de los 255 escaños de la Constituyente, proclamados en Asamblea aprobaban -con dos abstenciones- en la madrugada de ayer, hora española, en bloque la nueva Constitución.
Demostración de fuerza
Pero esta aprobación no es el paso definitivo. Se ha votado el índice de la Carta Magna y ahora el texto concreto deberá votarse artículo por artículo. Sin embargo, es una demostración de fuerza del partido de Morales, decidido a que el 14 de diciembre culminen los trabajos iniciados en agosto de 2006 y que llevan casi un año de retraso.
El texto consagra al denominado "poder social" como un mecanismo de control político que estará integrado por representantes de los movimientos sociales, proclama la redistribución de la riqueza y el "pluralismo jurídico", lo que en la práctica significa que equipara los métodos de justicia indígenas a los de corte occidental. La nueva Constitución se fundamenta en los derechos colectivos de identidad cultural, autodeterminación, autogobierno y autogestión.
La oposición, que rechaza la legitimidad de la Asamblea para aprobar la Constitución sólo por mayoría (en lugar de los dos tercios estipulados), se lanzó a manifestarse nada más saber que se estaba votando el índice. Momentos más tarde, moría de un tiro en la misma Plaza de Armas de Sucre el abogado Gonzalo Durán, de 29 años. Miles de opositores tomaron entonces las calles, sobre todo estudiantes, quienes atacaron comisarías y cuarteles de bomberos, llegando a incendiar coches patrulla y camiones. Otro manifestante murió en los choques. El jefe de la policía, Miguel Vásquez, ordenó a sus hombres abandonar las calles tras conocer que uno de ellos había sido linchado por los manifestantes. Vásquez dijo que no sacaría a los agentes a patrullar hasta que no se dieran "las condiciones necesarias". La policía negó haber utilizado armas de fuego contra los manifestantes, pero la versión fue desmentida por numerosos testigos. A su vez, las columnas de apoyo a Morales abandonaron los alrededores de Sucre y se dirigieron a Potosí, a 80 unos kilómetros al suroeste.
"Es una Constitución acuartelada, escrita con fusiles y bayonetas y manchada con sangre sucrense", denunció el ex presidente Jorge Tuto Quiroga, líder del opositor Podemos. Mientras el ministro de Presidencia, Juan Ramón Quintana, llamó a la calma, Evo Morales achacó los disturbios "a grupos de delincuentes" y dio por segura la ratificación de la nueva Carta Magna.
Las miradas se dirigen ahora hacia Santa Cruz, la provincia más rica, autonomista y férrea opositora a Morales y su proyecto, donde ha sido convocado para mañana el Comité Cívico, en medio de los rumores de que Morales podría decretar el estado de sitio. Esta institución, apoyada masivamente por los cruceños, proclamó ayer "luto en Bolivia", anunció su rechazo de la nueva Constitución y pidió la intervención internacional. Los gobiernos de otras regiones opositoras, como Pando, Beni, Tarija y Cochabamba, estudiaban ayer boicotear el nuevo texto.
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