La ONU exige más transparencia a Irán sobre su plan nuclear
El Baradei dice que no está seguro de lo que hace Teherán
Positivo, pero insuficiente. Tal es la evaluación que el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, realizó ayer del comportamiento de Irán al presentar en Viena su informe ante la junta de gobernadores. Según El Baradei, Teherán está cumpliendo los plazos para responder a las dudas que suscita su programa nuclear, pero debe aumentar su transparencia para eliminar toda ambigüedad.
Occidente, con EE UU a la cabeza, sospecha que la República Islámica trata de desarrollar armas nucleares bajo la cobertura de su enriquecimiento de uranio para uso civil. Los inspectores del OIEA no han encontrado pruebas de "desviación" en los centros de investigación declarados, pero carecen de medios para asegurar que no haya otros "no declarados", según declaró El Baradei ante el órgano ejecutivo de ese organismo. Por eso le instó a ser más activo a la hora de facilitar información.
"Esto es especialmente importante en el caso de Irán, debido a su historia de actividades no declaradas, y de la necesidad de reestablecer la confianza en la naturaleza pacífica de su programa nuclear", subrayó el diplomático egipcio. El Baradei reconoció, no obstante, que "el progreso de los últimos dos meses ha sido posible gracias al aumento de la cooperación iraní".
El Baradei alcanzó un acuerdo con Irán el pasado agosto para aclarar las actividades nucleares que durante 18 años ocultó a la supervisión internacional, a pesar de haber firmado el Tratado de No Proliferación (NPT). El convenio, que consiste en ir cerrando cada capítulo antes de pasar al siguiente, ha sido criticado por EE UU, para quien permite que Irán logre retrasar una nueva resolución sancionadora del Consejo de Seguridad.
Además, Irán ha continuado enriqueciendo uranio a pesar de las tres resoluciones que le exigen dejar de hacerlo. Lo que significa que, si bien está aclarando las dudas sobre el pasado de su programa, no muestra signos de flexibilidad respecto a sus actuales actividades. Lo confirmó ayer el nuevo jefe negociador nuclear, Said Yalilí, durante un seminario en Teherán para explicar la postura iraní.
"Irán no va a renunciar a sus derechos o permitir que terceros le impongan obligaciones más allá de lo que marquen las leyes internacionales", reiteró Yalilí, quien, no obstante, se mostró dispuesto a aclarar cualquier malentendido y anunció que iba a reunirse con el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, el próximo viernes. El informe de éste y el de El Baradei servirán para que las seis grandes potencias (EE UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) decidan si imponen nuevas sanciones a Irán.
En nombre de los seis, Solana busca una salida negociada a la crisis, pero tiene poco margen de maniobra ya que Washington exige que Teherán suspenda el enriquecimiento de uranio. Ayer, en una conferencia pronunciada en París, Solana sugirió la posibilidad de crear bancos de uranio bajo control multilateral, una propuesta que Irán está dispuesto a estudiar, pero de la que no termina de fiarse.
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