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Reportaje:

Sueños de barrenderas

Ángeles González Sinde lleva al cine la novela de Elvira Lindo 'Una palabra tuya', interpretada por Malena Alterio y Esperanza Pedreño

Rocío García

"Sí, sí, ahí, ahí", se oye una voz mezcla de dolor y disfrute. Casi lo susurra como para no dejar escapar ese momento. Pero, acto seguido, la misma voz se vuelve farruca y dura. Grita: "Eh, vosotras, qué miráis, la que quiera masaje que pida la vez, que ya os veo con cara de envidia". Unas manos masajean la planta de un pie centrándose en puntos concretos. "Tengo diploma de reflexoterapia; hice un curso al acabar el colegio". Las manos terminan golpeando el pie como si de un ejercicio de kárate se tratara.

Sentadas en un banco de un vestuario en un centro de limpieza municipal, Malena Alterio, uniforme verde con tiras fluorescentes, y Esperanza Pedreño, acaban de dar por terminada su jornada como barrenderas, después de toda una noche por las calles de una gran ciudad. Es en ese silencio oscuro donde Rosario (Malena Alterio) y Milagros (Esperanza Pedreño), barrenderas y compañeras de colegio, van trazando sus dificultades de reconciliarse con el mundo, su deseo de cambiar y no saber cómo, de vivir una vida que creen que no les toca. Mientras empujan el carro o limpian lo que otros ensucian, hablan de sus sueños y miedos. También de sus frustraciones y amores. Rosario es una mujer frustrada, con una madre enferma de la que se tiene que hacer cargo, que no para de quejarse pero no hace nada para cambiar. Todo lo contrario de Milagros, estrafalaria, vital, infantil. Se encontrarán durante dos años barriendo las calles de la ciudad, un trabajo eventual en el que se apalancan.

Alterio y Pedreño son las protagonistas, junto con Antonio de la Torre, de Una palabra tuya, película dirigida por Ángeles González Sinde y basada en el libro de Elvira Lindo, con el que ganó el Premio Biblioteca Breve 2005.

Ese día, en el vestuario del cantón municipal de Hortaleza, ha venido la autora de la novela. Se la ve feliz cuando mira a las dos actrices, dos seres normales, con un punto desvalido. Ellas son su Rosario y su Milagros. También Morsa, el personaje que interpreta Antonio de la Torre. Lo que más le gusta a Lindo es ese aspecto de normalidad, de realidad cotidiana, de tragicomedia. Una palabra tuya respira ese tono triste pero con puntos de humor que la escritora plasmó en palabras y que ahora la guionista Ángeles González Sinde las ha traspasado a imágenes en su segunda película como realizadora, tras La suerte dormida. "La novela de Elvira es una obra muy bien armada en su estructura y eso ayuda mucho a la hora de pasarla al cine", asegura la realizadora, poco antes de soltar una carcajada y pedir el corte del rodaje cuando comprueba los golpes de kárate que está recibiendo Malena Alterio de manos de Esperanza Pedreño. "Como siga así, la va a partir el pie", dice delante del combo.

"La soledad de sus vidas obliga a las dos amigas a soportarse, a depender una de la otra", asegura Esperanza Pedreño, la famosa Cañizares de Camera café, que con Una palabra tuya salta por primera vez al cine. Malena Alterio pone el acento en la desorientación de estas dos mujeres que se hacen la misma pregunta: ¿qué esperaban de la vida y qué han hecho?

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