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Muxía busca a sus 67.000 voluntarios

La 'zona cero' del 'Prestige' intenta localizar a quienes la rescataron del fuel para agradecérselo y disculparse

Sonia Vizoso

Los miembros de Protección Civil de Muxía se dieron cuenta desde el primer momento de que la marea solidaria que invadió su pueblo tras el derrame negro del Prestige se merecería algún día un "gracias" en letras gigantes. En medio del trajín de aquellos meses, los muchachos de la agrupación se dedicaron a recopilar los datos y direcciones electrónicas de los visitantes que arribaron a la zona cero.

Los vecinos utilizan el boca a boca y la Red para invitarlos a un homenaje

Amontonaron miles de papeles con anotaciones y en estos cinco años han aprovechado ratos libres para introducirlas en el ordenador. Esta base de datos con 15.000 nombres de todo el mundo será primordial para que el municipio más castigado por la marea negra logre su objetivo: localizar a los 67.000 voluntarios que limpiaron su costa para, cinco años después, invitarlos a un homenaje el 7 de diciembre en el que se les dedicará un museo y una plaza.

Será un acto de agradecimiento, pero también de desagravio. Nacho Castro, gerente de la lonja y encargado de contactar con el mayor número posible de voluntarios a través de Internet, admite que muchos de quienes acudieron a ayudar "siguen cabreados". "Lo primero que te sueltan es: '¿qué pasó en mayo de 2003?", apunta. Estos solidarios tan molestos se refieren a las primeras elecciones municipales tras la catástrofe, en las que los vecinos de Muxía reeligieron al alcalde del PP Alberto Blanco.

Muchos de los voluntarios no consiguieron digerir el triunfo de los populares después de la polémica gestión que realizaron de la marea negra. El gerente de la lonja denuncia que los gobiernos del PP "orquestaron una campaña de descrédito" contra quienes limpiaban por ser "los testigos de lo que estaba pasando". El regidor reelegido llegó a acusar a algunos de los grupos de robar y le comunicó al Ayuntamiento de Montornés (Barcelona) que no enviase más autobuses porque sus vecinos "fumaban porros y esnifaban cocaína".

"Con este ayuntamiento, que lo pasó mal, tenemos una deuda especial", señala el actual alcalde, el socialista Félix Porto. Blanco, por su parte, defiende su papel de "atención" a la mayoría de los voluntarios y afirma que fueron "muy poquitos los que vinieron a agraviar a los demás". "En todos estos accidentes y ONG, hay gente solidaria y otros que se aprovechan", añade.

El escaso presupuesto de este pueblo de 5.700 habitantes ha obligado a movilizar a concejales, marineros, hosteleros, funcionarios y miembros de Protección Civil para buscar a los 67.000 voluntarios que, según cifras oficiales, limpiaron fuel en Muxía. Sin dinero, una campaña internacional de publicidad es inviable y no queda más remedio que confiar en el boca a boca.

La computadora de Protección Civil echa humo. Ramón Pérez Barrientos, coordinador de la agrupación, lleva días realizando envíos masivos de correos electrónicos a ayuntamientos y universidades de toda Europa para que busquen a los voluntarios. No sólo a quienes se calzaron el mono blanco para recoger chapapote. "Todo el mundo se acuerda de los voluntarios, pero aquí hubo una infraestructura de envío de alimentos y material que fue muy importante", explica. Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña enviaba cada 15 días un camión cargado de frutas y verduras. Una empresa de embutidos de Burgos hacía lo propio con sus productos, al igual que otra de Elche que mandaba contenedores metálicos. Un gallego de Mallorca fletó un avión con voluntarios y hasta la tripulación bajó a limpiar fuel. Éste último ya ha confirmado que acudirá al homenaje.

Lorena Lappe, una alemana que regenta un hotel y que ejerció de anfitriona y traductora improvisada, intenta localizar a los cientos de voluntarios y periodistas extranjeros que recalaron en su local "para ducharse o tomar un bocadillo" gratuitamente. Conserva los datos de unos 500, llegados hasta de Australia. "Nuestra Muxía hubiera muerto sin esta gente".

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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