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Reportaje:

Las empresas vistas por las escuelas

Las instituciones que forman a empresarios señalan la necesidad de ganar tamaño

"Siento cierta reserva. Quizá para Cataluña tampoco sea positivo abrir procesos de catarsis en los que lo ponemos todo sobre la mesa. Las cosas han de tomarse con calma y, cuando toque hablar de infraestructuras, se habla de infraestructuras, y cuando toque hablar de empresas, pues se habla de empresas". Lo dice el catedrático Andreu Mas-Colell, presidente de la nueva Barcelona Graduate School of Economics (GSE). Pero es una opinión que va un poco a contracorriente, a tenor de las múltiples reacciones y reflexiones que está suscitando el último documento del Círculo de Economía sobre la responsabilidad del empresario catalán y el llamamiento a la autocrítica sobre el papel del empresariado autóctono ante la pérdida de pulso económico de Cataluña, que pocos discuten. Sumándole el contundente tono reivindicativo de la patronal catalana Fomento del Trabajo en favor de más inversiones del Estado en Cataluña ante el estallido de la actual crisis de las infraestructuras, los empresarios catalanes viven un momento de efervescencia particular en la escena pública.

Más información
"Ojalá el documento del Círculo ayude a un cambio de mentalidad"
"Ha faltado dimensión, pero existen 'compañías ocultas'"
"Atraer y retener talento será difícil sin empresas más grandes"
"El empresario está cansado de batallar contra la incompetencia"

Las escuelas de negocios con sede en Barcelona, que forman no sólo a futuros directivos y empresarios, sino también a los directivos y empresarios de hoy, coinciden en que el tradicional liderazgo económico y empresarial de Cataluña se está desdibujando. Aunque no siempre se muestran de acuerdo sobre las causas de esta pérdida de gas. Admiten todos que a la empresa catalana le falta dimensión y un vuelco en la mentalidad individualista que la frena a la hora de abrir su accionariado a terceros y, mucho más, a la hora de aliarse o incluso fusionarse con un competidor. Insisten más en la importancia de innovar y salir a conquistar mercados exteriores que en soñar con recuperar sedes instaladas en Madrid. No hay respuesta común sobre el alcance del impacto de los grandes debates identitarios que han dominado la escena política.

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