Doce iconos para un nuevo paisaje
El libro 'Arquitectura española. La otra modernidad' repasa los hitos constructivos de una década
La arquitectura española contemporánea no empieza y termina con el Museo Guggenheim de Bilbao. La modernidad surge con la obra de arquitectos como Doménech i Montaner, José Antonio Coderch, Pedro Muguruza o Alejandro de la Sota, explica Juan Miguel Hernández León. Presidente del Círculo de Bellas Artes de Madrid, Hernández León es autor, junto al fotógrafo Marc Llimargas i Casas, de Arquitectura española contemporánea. La otra modernidad (Lun-werg). Un libro que reúne 12 obras terminadas en los últimos 10 años por arquitectos españoles cuya intención, según el autor, no es establecer un canon, sino representar las últimas tendencias que, a su vez, entroncan con la gran tradición del realismo constructivista español. "Sin el pabellón de España en la Exposición Universal de Bruselas, 1958, de Corrales y Molezún, no se podría entender hoy el Musac, en León, de Mansilla y Tuñón", considera Juan Miguel Hernández León. Así habla de las obras.
- Alejandro Zaera. Terminal de Yokohama, en Japón.
"He aquí el drama y la gloria de Zaera. Una obra maestra que quizá le llega demasiado pronto. Marca una línea muy contemporánea basada en un cierto pudor ante la forma y cuya importancia está en el proceso".
- Francisco Mangado. Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte, en Pamplona. "Esta obra es capaz de enfrentarse con una escala monumental a un ámbito urbano, doméstico. Y logra no atosigar".
- Eduardo Arroyo. Estadio de fútbol de Barakaldo (Vizcaya). "Rompe con el modelo típico de estadio que proviene del anfiteatro romano e introduce la forma rectangular, se trata de un módulo que se repite formando las gradas. Con materiales traslúcidos juega con la idea de que el espesor es ambiguo. Es muy revolucionario".
- Rafael Moneo. El Kursaal de San Sebastián. "El maestro de varias generaciones se desinhibió con este edificio. Esto tiene un mérito histórico porque se puede decir que si él lo ha hecho, los demás también pueden. La metáfora de la obra aparece muy clara: el mar bate contra las olas, un malecón y los cubos de piedra".
- Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón. Musac, León. "Remite en parte al pabellón de Bruselas, de Corrales y Molezún, con un sistema de modulación que forma un tejido como de patchwork. También tiene mucho de metafórico, como si fueran vidrieras de la catedral, o como las parcelas que deja el arado tras horadar la tierra".
- Iñaki Ábalos y Juan Herreros. Torre Woermann, en Las Palmas de Gran Canaria. "Marca una línea de una arquitectura con mucha intención a lo industrial, internacionalista, y una presencia de la técnica utilizada como expresión de belleza".
- Enric Miralles. Parlamento de Escocia, en Edimburgo.
"Es como un callejón sin salida en su barroquismo. Entronca con una línea de modernidad internacional centrada en lo epidérmico, pero de cerca enseguida se aprecia que está presidido por el realismo. Por la materia. Afecta a los sentidos".
- Carlos Ferrater. Palacio de Congresos de Castellón. "Marca el canon de la arquitectura catalana de calidad, del interés por la forma simple y la expresividad de la luz. A través de cierto minimalismo, esta obra es capaz de generar un efectismo a veces muy cerca de la noción de espectáculo, aunque con unos recursos muy limitados".
- Ángela García de Paredes e Ignacio García Pedrosa. Museo Arqueológico de Almería. "Recupera la tradición de los grandes maestros, en la mejor tradición de De la Sota, de una arquitectura contenida, sensible y casi caligráfica".
- Guillermo Vázquez Consuegra. Museo de la Ilustración, en Valencia.
"Es de difícil lectura porque tiene cierta vocación de ocultarse. Es muy contextualista, pero no en el sentido mimético, sino en el sentido de que se introduce en una parcela difícil con mucha naturalidad. Es capaz de entender los espacios y darles continuidad".
- Alberto Campo Baeza. Caja de Ahorros de Granada. "Es muy curiosa la tensión de esta arquitectura que no rompe con las soluciones históricas, sino que éstas le dan la posibilidad de proyectarse al futuro".
- Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano. Palacio de Congresos de Mérida. "Entronca con la arquitectura centroeuropea. Sus paredes de hormigón prefabricado configuran un juego de texturas que hace que la percepción de la piel sea fundamental".
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