Los conflictos fronterizos marcan las relaciones políticas latinoamericanas
Litigios de Chile con Perú y de Argentina con Uruguay se tratarán en Santiago
A pocas horas de que el presidente peruano Alan García aterrice en Chile para asistir a la Cumbre Iberoamericana, el Gobierno de Michelle Bachelet ha formalizado la devolución de 3.788 libros antiguos confiscados como botín de guerra durante la guerra del Pacífico entre 1879 y 1884. La devolución es un símbolo muy significativo en las históricamente complicadas relaciones entre Lima y Santiago -en aquella guerra Perú no sólo perdió libros sino también una porción de territorio- y es una muestra de cómo la Cumbre sirve de cobertura a numerosas negociaciones y gestos bilaterales paralelos que van mucho más allá de la declaración final y la foto de familia.
Alan García, que no se prodiga en los escenarios latinoamericanos, no ha querido faltar a la cumbre chilena. Perú mantiene otro contencioso fronterizo -este muy reciente- con Chile por unas aguas territoriales que el parlamento peruano ha reclamado como propias, pero al mismo tiempo hay un clima de entendimiento con Santiago como hacía años que no se vivía. Chile ha entregado a la justicia peruana al ex presidente Alberto Fujimori, lo que supone un éxito político para Alan García quien se reunirá con Bachelet con una agenda totalmente abierta. Un encuentro que será seguido con la máxima expectación en ambos países.
En la misma línea la presidenta chilena conversará a solas con el presidente boliviano, Evo Morales, la tercera pata del conflicto fronterizo andino. Al igual que sucede con Perú las relaciones chilenas con Bolivia han experimentado un drástico giro a mejor desde que Morales asumiera la presidencia del país andino. La Paz y Santiago no mantienen oficialmente relaciones diplomáticas. Además, Chile padece una dependencia energética crónica que se vería paliada a corto plazo si Bolivia -con las mayores reservas del continente- decidiera venderle directamente su preciado gas. Morales ha puesto precio a esa regularización: la salida al mar, perdida durante la guerra.
Más aislado llega a la cumbre el venezolano Hugo Chávez, quien hasta ayer no había logrado que le fuera confirmado un encuentro privado ni con Bachelet ni con el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero. El español sí que se verá en cambio con Bachelet y Alan García.
De este modo, Chávez protagonizará un multitudinario acto el sábado por la mañana en la llamada "cumbre de los pueblos" en el que será acompañado en el escenario por Morales, el nicaragüense Daniel Ortega y el vicepresidente cubano Carlos Lage. Aunque se anunció la presencia en el acto del ecuatoriano Rafael Correa, el Gobierno ecuatoriano sopesa declinar la convocatoria. Correa quiere adoptar un perfil moderado en su imagen internacional.
El otro gran conflicto del que se tratará en paralelo en la capital chilena es la crisis entre Uruguay y Argentina por la construcción de una fábrica de pasta de celulosa en el lado uruguayo de la frontera fluvial entre ambos países. La factoría debería haber comenzado a funcionar la semana pasada, pero España -que media en el conflicto con el título oficial de facilitador- logró in extremis que el Gobierno de Tabaré Vázquez aplazara el permiso de funcionamiento para la planta hasta después de la cumbre.
La cita de Santiago
- Acudirán representantes de 22 países iberoamericanos. El presidente de México será el gran ausente de la cumbre. Felipe Calderón ha cancelado su viaje tras las catástrofes naturales acaecidas en su país. Tampoco asistirá el presidente provisional cubano Raúl Castro.
- Hugo Chávez participará junto a Evo Morales y Daniel Ortega en el acto central de la paralela Cumbre de los Pueblos.
- La cumbre se centrará en contenidos sociales poniendo especial atención en el reparto justo de la riqueza en un momento de fuerte crecimiento económico.
- Se aprobará un Convenio de Seguridad Social que beneficiará a seis millones de emigrantes. Ha de ser ratificado por los parlamentos nacionales.
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