Zapatero: "Todo tranquilo"
"Todo tranquilo". Ésas fueron las únicas palabras que los periodistas consiguieron arrancar al jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a la salida del Centro de Estudios Constitucionales, donde presentó las obras completas de Manuel Azaña, presidente de la IIª República. Fuentes de La Moncloa indicaron que, aunque Zapatero no había podido todavía leer íntegramente el comunicado de Mohamed VI ni analizarlo con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quiso transmitir un mensaje de tranquilidad.
Posteriormente, las mismas fuentes subrayaron que, en el discurso televisado del rey de Marruecos, más solemne que el comunicado, no se incluyó ninguna mención al contencioso.
A la vista de estos datos, el Gobierno decidió no responder a Rabat con otro comunicado oficial, en contra de lo que llegó a barajar inicialmente.
El Ministerio de Asuntos Exteriores tendía a valorar anoche el comunicado de Mohamed VI como un detalle adicional del incidente diplomático desatado por la visita real a Ceuta y Melilla. Y mantenía el diagnóstico inicial de que sus consecuencias serán limitadas.
Los portavoces de Exteriores destacaron que en su discurso, además de omitir cualquier referencia a este asunto, el monarca marroquí había tendido "puentes" de cooperación para el futuro, y expresaron la plena disposición española a "gestionar la clara divergencia que ambas partes" mantienen en torno a Ceuta y Melilla.
"Confiamos en que todo se reconduzca y vuelva a la normalidad en pocos días", insisten las fuentes españolas, mientras el ministro Miguel Ángel Moratinos, que anoche emprendió viaje a Chile para participar en la Cumbre Iberoamericana, guardaba silencio.
"En casos como éste", explicaron fuentes diplomáticas, "puede haber una información previa de lo que se pretende y una comprensión de las previsibles reacciones respectivas, pero en definitiva es cada parte la que modula su propia reacción, y pueden intervenir nuevos factores de política interna que compliquen las cosas".
En medios de la Casa del Rey española se subrayaba anoche la "plena satisfacción" con una visita "que ha cumplido un viejo anhelo", y se eludía cualquier comentario sobre el comunicado del rey de Marruecos.
El portavoz de Exteriores del PP, Jorge Moragas, apoyó la visita real a Ceuta y Melilla, pero consideró evidente que "España tiene un problema serio de política exterior". "El Gobierno debe explicar lo que está pasando. Lo que nos preocupa es que los mensajes que se trasladan al pueblo marroquí no son positivos para las relaciones con España. En cualquier caso", agregó, "actuaremos con responsabilidad. No como Zapatero, que [en 2002] se fue a Marruecos en plena crisis diplomática", informa Carlos E. Cué.
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