Aguirre intenta rectificar el despido de Navarro de los Teatros del Canal

Los desencuentros entre Esperanza Aguirre y el prestigioso arquitecto y artista plástico Juan Navarro Baldeweg no cesan. Ayer, la Comunidad de Madrid comunicó que ha ofrecido al arquitecto la posibilidad de que concluya las obras de los Teatros del Canal, "siempre que lo haga con un plazo, un presupuesto y una ejecución de obras cerrados".

La noticia se hizo pública 24 horas antes de que se celebren las manifestaciones convocadas para hoy en Madrid y Barcelona (a las 19.00 frente al Teatro del Canal y el Teatro del Liceo, respectivamente) en apoyo a Navarro Baldeweg, al que la Comunidad de Madrid despidió hace tres semanas como responsable del proyecto. El arquitecto ganó en 2000 el concurso internacional convocado en su día por el ejecutivo de Alberto Ruiz-Gallardón.

Navarro Baldeweg recibió la noticia con cautela. "Hasta que yo no reciba el documento por el que se anula mi despido y se me restituya de manera oficial como responsable del proyecto del Teatro del Canal, sólo estamos hablando de buenas intenciones", declaró anoche a su llegada al aeropuerto de Barajas procedente de Ámsterdam. "Espero que todo esto sea un reflejo de buenas intenciones, pero antes hay que dar unos pasos previos que no se han producido y, por mi parte, espero que lleguen pronto", dijo. Desde la Comunidad se apuntaba ayer que el motivo de la reunión que el presidente del Canal de Isabel II, Ignacio González, mantuvo el pasado lunes con Navarro Baldeweg fue la búsqueda de " una solución ante la ralentización que sufren las obras de los Teatros del Canal". No se aclaró, sin embargo, cuál es la situación del arquitecto, ya que fue despedido por el gerente de esa empresa el pasado día 18 de octubre a través de un burofax y, desde ese momento, se le prohibió la entrada a las obras del teatro, circunstancias que nadie le ha comunicado que se hayan resuelto.

Durante esa reunión entre las dos partes, señala la Comunidad, el presidente del Canal ofreció al arquitecto la posibilidad de continuar con el proyecto que inició en noviembre de 2002, siempre que acotara los plazos, el presupuesto y la ejecución de la obra. "Lleva un retraso de tres años, puesto que la obra civil tenía que haber estado finalizada, según el presupuesto de ejecución, en octubre de 2004". Navarro Baldeweg alega que hay razones para el retraso que no son achacables al arquitecto. En este sentido se pronunció ayer Paloma Sobrini, decana del Colegio de Arquitectos de Madrid: "Aplaudo la decisión tomada, pero las condiciones que le han impuesto son para justificar esa vuelta atrás. Es la Administración la que tiene que revisar el sistema perverso de adjudicaciones".

Según la Comunidad de Madrid, el encuentro del pasado lunes se produjo tras otra reunión del arquitecto con Aguirre, solicitada por éste "para arreglar la situación". Sin embargo, la primera persona que llamó a Navarro Baldeweg para sugerir la posibilidad de un encuentro con la presidenta fue su sobrino Gabriel Allende, también arquitecto y amigo personal de Navarro Baldeweg. "Es falso que yo pidiera la entrevista. Es todo lo que puedo decir", afirmó anoche.

La movilización a favor de Navarro Baldeweg ha traspasado fronteras y han salido en su defensa, entre otros, el artista Richard Serra, el arquitecto Richard Gluckman, el director de la Tate Modern de Londres, Vicente Todolí y Carmen Giménez, conservadora del Guggenheim de Nueva York.