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El paro convocado por los huelguistas puede causar pérdidas de 700 millones
Una rata inflable de tres metros a las puertas de los estudios de televisión NBC, en el Rockefeller Center de Nueva York, anunciaba ayer, como es tradición sindical en la Gran Manzana, que alguien estaba en huelga. Los 12.000 miembros del Sindicato de Guionistas de Hollywood y de la Costa Este hicieron ayer realidad sus amenazas y sólo utilizaron sus plumas para escribir en enormes pancartas Guionistas en lucha. Pusieron así en jaque a la industria televisiva, que al ver paralizada su producción puede verse obligada a reponer series y programas de entretenimiento. Los economistas calculan que si el paro se prolonga como el de 1988 -duró 22 semanas- las pérdidas podrían alcanzar al menos los 700 millones de euros.
Un centenar de guionistas inauguró el paro en Nueva York con un piquete al que se sumaron actores célebres como John Leguizamo, que también escribe, o Tina Fey, la conocida comediante del programa Saturday Night Live y ahora protagonista y guionista de la serie 30 Rock, que en España emite Paramount Comedy en Digital Plus. "Los grandes estudios no han querido negociar de forma justa, así que hemos tenido que ir a la huelga. Ellos saben que el futuro está en los DVD y en las nuevas plataformas, pero nosotros también lo sabemos. Por eso estamos aquí", declaró Fey.
La búsqueda de un aumento en los beneficios residuales de las ventas de DVD, y los procedentes de las ventas a través de Internet, iPod o teléfono móvil ha sido la llama que ha encendido la lucha de los guionistas, que intentaron negociar sin éxito hasta el domingo a medianoche con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP). "Si no conseguimos ahora un buen contrato, nos vamos a pique porque el futuro de nuestros ingresos pasa en gran medida por las nuevas formas de entretenimiento. Ocurrió lo mismo en los años sesenta, cuando el auge de la televisión nos obligó a ir a la huelga para conseguir que nos pagaran por las reposiciones de series y películas", explicó Michael Winship, presidente del Sindicato de Guionistas de la Costa Este.
Mayo Simon, miembro de la central desde 1956, recordaba ayer aquel paro, que duró casi seis meses. Los argumentos del AMPTP fueron los mismos de ahora: no tenemos dinero para pagar más a los guionistas. "Pero después de casi seis meses de huelga tuvieron que ceder. Y entonces no había tantos programas ni tantas series de televisión como ahora. Los programas de entretenimiento diario ya no podrán emitirse esta semana y las series sólo podrán resistir hasta Navidad. Ahora somos más fuertes. Sin contrato, se acabó el show", afirmaba Simon.
El sindicato de actores (SAG), pendiente de negociar en junio su nuevo contrato para sus 100.000 miembros, demostró ayer su apoyo a los guionistas con la presencia en el piquete de Doug Allen, su director ejecutivo, consciente de que su lucha va a sentar las bases para la de los actores.
Sin fecha a la vista para nuevas negociaciones, el sindicato sabe que para los guionistas principiantes, que cobran una media de 35.000 euros al año, aguantar meses sin trabajar es un lujo. Por eso han creado un fondo especial por si la huelga se prolonga.
Babelia
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