Los dos cursos de bachillerato se podrán completar en tres años
Los alumnos con cuatro suspensos no tendrán que repetir todas las materias
Exigencia y esfuerzo. Dos de las palabras más recurrentes cuando se habla de educación en España han salido a relucir de nuevo con la reforma del bachillerato aprobada ayer por el Consejo de Ministros. "Máxima exigencia", repitió varias veces la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, para presentar el nuevo bachillerato, que permite a los alumnos de 1º que suspendan tres o cuatro asignaturas elegir entre repetir el curso completo o sólo las materias que no superaron, pudiendo completar el año con dos o tres asignaturas de 2º, parecido a lo que se hace en la universidad. Este sistema se empezará a aplicar en el curso 2009-2010.
No servirá aprobar materias de 2º si no se recuperan las que quedaron de 1º
Para el PP, se trata de otra medida más de los socialistas que desincentiva el esfuerzo: "Traslada a los alumnos un mensaje equivocado, el mensaje del facilísimo, frente al esfuerzo que demanda un entorno cada vez más competitivo", dijo ayer la secretaria ejecutiva de Política Social del PP, Ana Pastor.
La idea tiene mucho que ver con lo que ha reclamado el PP durante una década, un bachillerato de tres años, como el que existe en Alemania, Francia o Finlandia. Sin embargo, ahora Ana Pastor se queja de que se alargue su duración: "Es el bachillerato de los ricos, que son los únicos que pueden permitirse estar cuatro años [máximo permitido para completar la etapa]".
También se parece mucho este cambio a lo propuesto en distintos momentos por la Generalitat de Cataluña y el sindicato FETE-UGT: un bachillerato alternativo de tres años sólo para los que vayan peor. Cataluña tratará de poner en práctica este proyecto a través del decreto ayer aprobado: "Nuestra idea es un bachillerato a dos velocidades", aseguró ayer el secretario de Educación de la Generalitat, Francesc Colomé, quien no olvidó mencionar que se mantendrán siempre "las máximas cuotas de rigor y de excelencia".
La repetición de curso es una medida muy arraigada en España (ayer mismo este periódico daba a conocer las tremendas cifras de repetidores, del 42,3% entre los alumnos de 15 años). Pero la iniciativa del Gobierno se verá en un sentido u otro dependiendo de si se entiende como un medio de recuperación o de castigo a la falta de esfuerzo. "¿Cómo va a esforzarse un alumno en aprobar un curso completo si puede pasar con cuatro suspensos?", dijo ayer Pastor.
Quizá por estas críticas (también por parte de algunos sindicatos como ANPE), insistió tanto María Teresa Fernández de la Vega en la exigencia: "Para obtener el título de bachiller hay que aprobar todas las asignaturas", dijo, e hijo hincapié en que quien suspenda más de dos materias tendrá que repetir, por lo que presentó la nueva medida como una opción más para los repetidores. De hecho, muchos docentes creen que el nuevo esquema podría permitirles elevar el nivel de exigencia sin miedo a que muchos estudiantes se desmotiven y abandonen.
Precisamente ésta es la razón principal esgrimida por el Gobierno para "flexibilizar" de esta manera la repetición en 1º de bachillerato. Uno de los grandes retos de la educación española, señalado una y otra vez en las comparaciones internacionales, es reducir el número de jóvenes que dejan de estudiar después de la ESO, un 29,9%, casi el doble de la media de la UE.
Repetir todo el curso o sólo las tres o cuatro asignaturas suspensas será decisión de los alumnos y, si son menores de edad, también de sus padres. Además, las comunidades autónomas tendrán que regular las condiciones de esa segunda opción. No podrán escoger cualquier materia de 2º curso. Por ejemplo, si se tienen suspensas las matemáticas o la lengua de 1º, no podrán matricularse de matemáticas o lengua de segundo. Y aunque aprueben las materias de 2º con las que completen el curso, no les servirá de nada si vuelven a suspender las de 1º. A esta medida sólo se podrán acoger los que hayan suspendido tres o cuatro asignaturas. Hay alumnos que catean alguna más, pero para hacerse una idea, el porcentaje total de repetidores es de un 23,5% en 1º de bachillerato, según las últimas estadísticas del Ministerio de Educación.
Lo que sí está bastante claro es que la medida añadirá una enorme complejidad a la ya complicada organización del bachillerato, por una cuestión de diseño de los horarios. También dependerá de cómo lo gestionen las comunidades autónomas.
Por lo demás, el nuevo esquema reduce a tres las modalidades de bachillerato (Humanidades y Ciencias Sociales; Ciencias y Tecnología; y Arte). También introduce una nueva asignatura común para todos los alumnos, Ciencias para el Mundo Contemporáneo, que pretende, según el ministerio, dar la cultura científica mínima necesaria para cualquier ciudadano, también para los que elijan las opciones de letras.
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