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Gallardón pierde 73 millones al adjudicar los chirimbolos

El Consistorio concede la publicidad callejera a una firma que ofrecía un 30% menos que su rival con propuestas similares

Habrá 890 por todo Madrid y nos venderán cosas. Son los nuevos chirimbolos publicitarios que ya han empezado a colocarse por toda la ciudad. Un buen negocio para la capital. Aunque quizá no tanto como podría haberse esperado. La Concejalía de Medio Ambiente, que entonces dirigía Paz González, adjudicó el 20 de diciembre de 2006 el contrato de gestión de los soportes publicitarios, chirimbolos, a la unión temporal de empresas (UTE) Clear Channel-Cemusa, por 160 millones de euros. Una cifra 73 millones inferior a la que ofertaba su principal competidora, la sociedad Viacom. Además, el Ayuntamiento ni siquiera valoró el diseño e impacto medioambiental de la perdedora. Expertos consultados aseguran que este tipo de pliegos no son habituales, porque excluyen empresas sin valorar todos los aspectos de la oferta. El 15 de junio de 2006 se presentaron cinco empresas al concurso para la "comercialización y explotación publicitaria de obras en vía pública, terrenos e instalaciones deportivas municipales y mobiliario urbano de gran formato": La UTE Clear Channel-Cemusa, Viacom. JCDecaux (la anterior adjudicataria), la UTE Iepe-Imprusa y Zeta Gestión de Medios.

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El concurso tenía tres fases: la que juzgaba la oferta económica, la comercial y, finalmente, el impacto medioambiental de los soportes. Sin embargo, el criterio de puntuación otorgaba de forma lineal en cada fase la máxima puntuación a la mejor valorada y cero puntos a la peor. Algo poco habitual en un concurso con un número tan reducido de aspirantes, según expertos consultados.

La máxima puntuación en la primera fase era 45 puntos, y era necesario obtener 20 para pasar a la siguiente. Viacom -una multinacional filial de CBS y propietaria de canales como MTV- fue la mejor valorada porque era la que ofrecía más dinero (233 millones de euros), con 45 puntos. La segunda fue Clear Channel-Cemusa (160 millones), con 27,52 puntos. El resto quedaron descartadas.

En la segunda fase, la que valoraba la propuesta comercial, estaban en juego 30 puntos. Pero de nuevo se otorgaba la máxima puntuación a la mejor valorada y cero puntos a la peor. Pero ya sólo quedaban dos y era imprescindible obtener 15 puntos como mínimo para seguir. Una de las dos propuestas quedaría automáticamente descartada para la tercera fase.

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Y así fue. En el veredicto de esta segunda fase, a pesar de considerar el Ayuntamiento que ambas propuestas eran "coherentes", Clear Channel-Cemusa se llevó todos los puntos y Viacom quedó eliminada y sin opción de que el diseño y el impacto medioambiental de sus soportes fueran valorados.En la tercera fase, la ganadora se llevó todos los puntos al ser la única finalista. Así, ni la oferta económica, ni el diseño de los chirimbolos ni su impacto ambiental fueron decisivos en la adjudicación de la concesión por 10 años de su explotación.

"Este tipo de pliegos no es normal. Diseña un proceso de toma de decisiones poco objetivo que margina los elementos más importantes, como eran el impacto medioambiental y el canon por la explotación de la publicidad exterior", explica Guillermo Aguillaume, abogado experto en concursos públicos.

Precisamente, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid considera que los nuevos soportes, instalados por la empresa ganadora, son invasivos y que provocan un "efecto lamentable" en el paisaje urbano, según su decana, Paloma Sobrini. "Medio Ambiente jamás habría instalado algo así dentro de El Retiro, pero no muestra la misma sensibilidad con el patrimonio urbano", asegura.

Otro experto en contratos públicos consultado por este periódico insiste en que el procedimiento de baremación no es el más adecuado: "No es habitual no valorar alguno de los capítulos y excluir las ofertas sin analizarlas globalmente. Este tipo de concursos está diseñado para que se presenten varios concursantes, no para que lo hagan sólo unos pocos. De esta forma, excluyes a la mayoría antes de evaluar todas las propuestas".

Viacom trasladó su inquietud por el resultado del concurso a la Concejalía de Medio Ambiente, que dirigía entonces Paz González. Incluso le remitió una carta manifestando "la extrañeza y sorpresa que le produce el hecho de que resultara finalmente adjudicataria del concurso nuestra competidora, máxime cuando la propuesta económica de Viacom resulta más beneficiosa para el Ayuntamiento". Además, el 23 de mayo, Viacom presentó un recurso contencioso-administrativo para que le fuera entregado el expediente completo de la adjudicación. Petición rechazada por el Consistorio. El Ayuntamiento no quiso ayer pronunciarse y se remitió a la respuesta que piensa dar hoy durante el pleno. Tampoco quiso hacerlo Clear Channel ni Viacom. "Esperamos para ver como transcurre el proceso", dijeron en esta última compañía.

"Ambas ofertas están bien estudiadas y planteadas siendo por tanto coherentes", señalaron los técnicos municipales en el expediente del concurso de publicidad callejera. En el mismo documento aseguran que Viacom desconoce el mercado de publicidad en grandes formatos. "Gestionamos este tipo de publicidad en toda España", replica un portavoz de la compañía.

Además, el Ayuntamiento consideró poco realista la estimación de Viacom de mantener una ocupación del 90% del espacio publicitario. En cambio, si le pareció más razonable el cálculo de Clear Channel-Cemusa que presentó una explotación del 70%.

"Exigiremos una información exhaustiva del expediente de adjudicación de este contrato", anunció David Lucas, portavoz del grupo municipal socialista, que hoy preguntará en el Pleno del Ayuntamiento. "Puede haber irregularidades en la adjudicación de esos espacios. Pediremos que se paralicen las actuaciones hasta que se aclare lo ocurrido y exigiremos garantías de que todo se ha hecho conforme a la legislación y que no ha habido trato de favor", insistió.

Uno de los nuevos chirimbolos, instalado junto a la Puerta de Toledo.
Uno de los nuevos chirimbolos, instalado junto a la Puerta de Toledo.uly martín

Una firma con pérdidas

La unión temporal de empresas (UTE), que se ha adjudicado el contrato de publicidad exterior del Ayuntamiento de Madrid, está formada por Clear Channel España y Cemusa. Esta última es una filial de la compañía constructora Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Esta firma tiene adjudicado, además, la limpieza de la capital a través un contrato que le reporta 400 millones de euros al año. Y ha realizado varios tramos de la nueva M-30.

Clear Channel España es una sociedad dedicada a la publicidad exterior, con actividad en varias ciudades. Esta empresa fue constituida en 2002 por una multinacional estadounidense y desde entonces está en números rojos. En 2005, la compañía obtuvo unas pérdidas de 9.412 euros. El año anterior la firma auditora que revisa sus cuentas, Ernst&Young, advirtió sobre la viabilidad de la compañía.

La sociedad presentaba en 2005 unos fondos propios negativos (la suma del capital social, las reservas y los resultados acumulados). Una situación peligrosa para su evolución financiera. Esto llevó a la empresa a ampliar capital en septiembre de 2005. La sociedad matriz de Clear Channel aportó 47.000 euros para sanear su filial.

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