Las imágenes también hablan
Las pinturas y telas de los vídeos ayudaron a la localización
Los pedófilos que cuelgan los vídeos o las fotos de sus hazañas sexuales toman cada vez más precauciones para evitar ser desenmascarados. Pese a eso, sus fallos le sirven a la policía para identificarles. "Las imágenes también hablan y nos dicen muchas cosas", explica un experto del Cuerpo Nacional de Policía. "La pintura de la pared de una habitación o un dibujo en las ropas del delincuente o de su víctima son pistas muy útiles", añade.
El canadiense Christopher Neil solía colgar en Internet fotos en las que aparece manteniendo relaciones con menores asiáticos. El estudio de estas imágenes había permitido a la policía averiguar los locales o los hoteles de Asia (generalmente de Vietnam y Camboya) en los que habían sido captadas estas imágenes, según fuentes de la Comisaría General de Policía Judicial española. A veces también actuaba en los colegios en los que trabajaba de profesor.
Los tapices que decoran las paredes de uno de esos hoteles, así como los dibujos de la colcha que cubre una cama habían servido para situar dónde habían sido tomadas las fotos en las que aparecía un individuo desconocido en actitudes lascivas.
El análisis de las imágenes había permitido saber, por ejemplo, que el pedófilo tenía un antojo bajo la tetilla derecha. Sin embargo, hasta hace muy poco había sido imposible descubrir su rostro porque él mismo se lo había desfigurado haciéndose un molinete (una especie de dibujo en espiral) utilizando una herramienta informática.
La BKA alemana logró reconstruir el rostro desfigurado. "Esto es muy difícil. Para deshacer esa espiral coloreada es preciso saber antes dónde está el centro, es decir, el punto de inicio de esa espiral", explica un mando de la Brigada de Investigación Tecnológica española. El pederasta Neil jamás creyó que eso fuera posible.
El ahora capturado colgaba sus imágenes sólo en foros de pedófilos de calidad, es decir en sitios de Internet a los que es muy difícil acceder. Para poder tener esas imágenes era preciso formar parte de un círculo muy restringido. Era imposible hacerlo mediante el sistema P2P (peer to peer), que es el habitual de otros maníacos sexuales.
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