Costa Rica aprueba por los pelos el acuerdo de libre comercio con EE UU
El referéndum refuerza la influencia de Washington frente a Caracas
Menos de 51.000 votos de diferencia en el referéndum que Costa Rica ha celebrado este domingo han dado la posibilidad a Estados Unidos de mantener a raya a su principal región de influencia en el continente. Los costarricenses dieron luz verde a la negociación de un tratado de libre comercio con EE UU en bloque con otros cinco países centroamericanos. Washington gana una batalla en la pugna con Venezuela por la hegemonía regional.
Las advertencias de la Casa Blanca en los días previos al primer referéndum en la historia del país parecen haber incidido en el electorado. Los costarricenses refrendaron el tratado de libre comercio que habían firmado en mayo de 2004 con Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA) con un 60% de participación. El sí obtuvo apenas 51.000 votos de ventaja sobre el no: el 51,6% frente al 48,4%.
Washington había advertido que no iba a ser posible renegociar un TLC que ya ha sido negociado de manera conjunta en 2003 con Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y República Dominicana, países donde ya rigen las nuevas reglas de reducción de aranceles, acceso de inversiones y resolución de conflictos. Unos 45 millones de personas consumen y producen en estos seis países, frente a 300 millones en Estados Unidos.
Las advertencias de la Casa Blanca hicieron llover agua bendita sobre la Administración de Óscar Arias, que se quedaba sin palabras para convencer a los votantes de que más que escoger un sí y un no, lo estaban haciendo entre un sí y un nunca frente a las reglas de liberalización comercial. En el fondo de la campaña en este país escaso de conflicto ideológico aparecieron de manera parcial discursos antiestadounidenses que invocaron la influencia de los gobiernos izquierdistas del vecino Daniel Ortega (que aprobó el TLC), de Fidel Castro y de Hugo Chávez, promotores de la Alternativa Bolivariana de las Américas (Alba).
Aunque sus rostros fueron usado como arma electoral contra el no, ahora Arias lanza un mensaje conciliador con carácter local: "Quisiera que los antagonismos se transformen en compromisos para que el país resuelva sus problemas", dijo tras conocer la victoria.
No se recuerda en San José otro momento reciente en el que tantos senadores, congresistas y miembros de la Administración estadounidense hubieran estado tan pendientes de una decisión en este país de poco más de 4 millones de habitantes, o tan dispuestos a ayudar a las fuerzas nacionales para mostrar las consecuencias de rechazar el TLC o subirse en el tren que ya abordaron también México, Chile y Panamá. Los países andinos también esperan en la estación, sabiendo las complicaciones que pueden resultar de la contienda para las elecciones estadounidenses de noviembre del 2008.
De concretarse los TLC con Colombia y Perú, el comercio de EE UU completaría entonces una franja incesante a lo largo de la cuenca del Pacífico, desde Canadá hasta la Tierra del Fuego chilena. Algunos expertos siguen considerando, sin embargo, que sólo las fogosas actitudes de Hugo Chávez y su amenaza de atraer a más naciones cercanas logran sacar a América Latina del menosprecio que le dedica Washington, más pendiente ahora de Irak, Irán o China.
El embajador de Estados Unidos en Costa Rica, Mark Langdale, hizo pública su satisfacción por el resultado de la consulta, mientras que el triunfo del sí alegró también a autoridades de gobiernos centroamericanos que temían la posibilidad de que, al rechazar el TLC, se derrumbaran los esfuerzos por una Unión Aduanera centroamericana que la Unión Europea (UE) ha puesto como requisito para el Acuerdo de asociación regional, cuya primera ronda de negociación será en dos semanas en San José.
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