Esto es un juego
La artista Maider López convoca hoy a mil personas para simular una 'ampliación' de las dimensiones del Guggenheim de Bilbao
Un grupo de amigas entradas en años se sienta en corro en unas sillas de playa en medio de una céntrica plaza de Madrid. Es de noche, y aunque la lluvia invita a guarecerse, las señoras no dejan de reírse, sacarse fotos y charlar. "A ver si me bronceo", dice entre risas una de ellas mientras reclina su silla como si estuviera en la costa de Alicante en pleno agosto. Esta situación se vivió la pasada Noche en Blanco en la plaza de las Descalzas de Madrid. La artista Maider López (San Sebastián, 1975) quiso llevar a cabo otro más de sus sutiles actos de intervención urbana, donde un simple cambio genera nuevos paisajes y situaciones que animan a vivir la ciudad de un modo distinto. En este caso fueron 366 sillas que la gente iba desplazando de un lado a otro y cuyos movimientos, como un dibujo, quedaron registrados en una grabación.
Pero otra vez fue un colorido atasco de cientos de coches en medio de un valle de Navarra (Ataskoa, 2005), también una fotografía aérea de una playa donde todo el mundo llevaba toallas rojas (Playa Itzrurum 2 -obra con la que ganó el premio de Fotografía Abc-), unos toldos de colores en La Casa Encendida (Proyecto de fachada, 2002) o una masiva paraguada verde en el puente de las Cadenas de Budapest para intentar camuflarlo con el color del río Danubio (Dunalfelfedes, 2007).
"En mi trabajo hablo de cómo un pequeño acto en la más pura cotidianeidad puede transformar el entorno", explica esta joven artista, que toma la arquitectura, el color y su relación con las personas como la materia prima de su obra. Provocar relecturas del entorno, sea urbano o no, o jugar con las apariencias son algunos de sus temas recurrentes que implican de lleno siempre al espectador.
Su próxima acción tendrá lugar hoy en el Museo Guggenheim de Bilbao, como parte de las actividades que celebran el décimo aniversario del centro de arte. La artista ha convocado a 1.000 personas del Club de Amigos del Museo, a quienes dará unas placas que simulan las escamas de titanio con las que Frank Gehry forró el edificio. Con ello, y en una acción en tres actos, se simulará una ampliación humana del museo, que será registrada fotográficamente. Arquitectura efímera y humana. Al Guggenheim le saldrán ese día una galería y una pared nuevas. "Si levantamos todos juntos una pequeña placa, creamos algo nuevo que desaparece cuando lo bajamos. Son pequeños gestos. Es la capacidad de la gente de transformar el espacio urbano", remata quien fue la responsable de la obra The experience of art en el Pabellón de Italia de la Bienal de Venecia de 2005. Esta obra responde a otra faceta de su trabajo que no se nutre de convocatorias sociales sino que explora el espacio y sus usos de una manera que recuerda la obra del cubano Jorge Pardo, siempre rozando los límites del arte y el diseño.
Sagaz y sencilla, López es cada vez más un nombre clave en el arte contemporáneo actual dentro y fuera de España. De hecho, Magda Sánchez, directora de la galería Distrito Cu4tro que maneja su obra, sitúa su presencia en la Bienal de Venecia como el punto de inflexión en la carrera de esta donostiarra. "El reto que tiene ante sí es enorme al haber pasado tan joven por un evento que es el más importante del mundo del arte si hablamos de bienales", apunta la galerista.
Lo cierto es que a López no cesan de lloverle proyectos y su cabeza astuta no deja de repensar los códigos que damos por verdaderos. Dar con ella un paseo por la ciudad es acabar señalando el uso de objetos en los que ni pensamos: "Un banco dispuesto en determinado lugar nos dice dónde debemos sentarnos o la proliferación de pivotes que nos recuerdan sobre lo prohibido", apunta. "Vamos hacia espacios muy definidos, ciudades de poco margen en que cada vez el individuo tiene un lugar menor", dice. Quien lea esta frase puede pensar que está frente a una artista socialmente reivindicativa, pero nada más lejos de la realidad. López apunta usos y maneras desde la sutileza y no desde la protesta.
Lo próximo de esta artista se verá en los Emiratos Árabes Unidos, donde en la plaza exterior del Museo de Sharjah dibujará un campo de fútbol en el que quedarán dentro una farola, un banco y una maceta entre otros elementos del paisaje urbano. Para ella se trata de "repensar las reglas del juego". Hasta las del fútbol. Para todos, buscar nuevas lecturas a las cosas. Más o menos hacer eso a lo que llamamos jugar.Su próxima actuación será en la plaza de Sharjah, en Emiratos Árabes Unidos
Babelia
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