Inverosímil entretenimiento
A veces hay películas de intriga que, a pesar de ciertas licencias dramáticas que es preciso dejar que pasen por un oído y salgan por el otro, se instalan en el terreno del puro entretenimiento con las armas del clasicismo más imperecedero. La británica Un plan brillante, dirigida por el más bien plano Michael Radford (El cartero y Pablo Neruda, El mercader de Venecia), es uno de estos productos. Limpio, brillante y con esplendor de puertas afuera, aunque con alguna oquedad de más en su interior, lo que provoca que a pesar de sus muy divertidos 100 minutos no vaya a quedar inserta en la memoria mucho más tiempo.
Alfred Hitchcock, referencia número uno del guionista debutante Edward Anderson, y de cualquier director que se precie de otorgar suspense a una historia, llamaba de forma irónica "mis amigos los verosímiles" a los críticos que lo acusaban de que muchas de las situaciones de sus películas no eran plausibles. Los tiempos han cambiado y, más allá de la maestría de Hitch para armar una historia poco creíble por medio de soberbios recursos formales, el cine moderno cada vez cuida más esos detalles. A Radford se le escapa alguno (esos prismáticos sobre la mesa en el momento justo en el que hay que mirar a distancia), pero Anderson basa su guión en un andamio un tanto endeble: un robo tan increíble que sólo es eficaz porque lo lleva a cabo alguien del poderío de Michael Caine, y porque se trampea con habilidad al retrasar la imagen del hecho en sí hasta un desenlace explicativo en flash-back. ¿Dónde residen entonces las virtudes de la película? En la magnífica factura, en la mirada de Caine y en el interés de un atraco de diamantes a gran escala, que invita al espectador a jugar con él al Cluedo, no para averiguar el llamado whodunit (¿quién lo ha hecho?), sino para encontrar el cómo y el porqué de un acontecimiento de innegable brillantez.
UN PLAN BRILLANTE
Dirección: Michael Radford. Intérpretes: Demi Moore, Michael Caine, Lambert Wilson, Josh Ackland. Género: intriga. Reino Unido, 2007. Duración: 100 minutos.