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Protestas en Francia contra las pruebas de ADN para inmigrantes

Villepin, Semprún, Adjani y Thuram lideran la campaña de oposición al proyecto de ley

El semanario satírico francés Charlie Hebdo, el periódico Libération y la organización SOS-Racismo han lanzado una campaña contra la realización de pruebas de ADN a los inmigrantes que pretendan acogerse a la reagrupación familiar -como se propone en el proyecto de ley elaborado por el Gobierno de François Fillon y que se debate en el Senado-. La campaña ha conseguido en apenas 24 horas más de 10.000 firmas, entre ellas algunas importantes en la vida política y cultural de Francia.

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Además del ex primer ministro Dominique de Villepin -antiguo rival de Nicolas Sarkozy en el seno del partido conservador de la Unión por un Movimiento Popular (UMP)- y de otros políticos de la izquierda -como el primer secretario socialista, François Hollande, y el ex primer ministro Laurent Fabius- y de centro, como François Bayrou, han firmado la actriz Isabelle Adjani, el futbolista Liliam Thuram y el escritor Jorge Semprún.

Numerosos líderes africanos han denunciado la medida, que consideran discriminatoria. Por ello, la Unión Africana ha presentado una protesta oficial.

La idea de hurgar en la identidad íntima del individuo tiene también en Francia un ingrediente de tipo moral y social. No son pocos los que señalan que con esta medida el Estado habría puesto en marcha un sistema que serviría hasta para descubrir posibles infidelidades matrimoniales, con los problemas que se derivan de este tipo de sorpresas. Para esquivar esta crítica, el Gobierno ha presentado una nueva versión de la enmienda por la que las pruebas servirían únicamente para demostrar la filiación materna pero no paterna, y su utilización requeriría el visto bueno previo de un magistrado francés.

El Gobierno conservador, que en un primer momento no se identificó abiertamente con la enmienda presentada por un diputado a título personal, ha tomado ahora su defensa. El primer ministro, François Fillon, tras insistir en que las pruebas son voluntarias, aseguró en la sesión de control del Gobierno en la Asamblea Nacional que no hay ninguna razón para "rechazar de entrada un sistema que es practicado por los laboristas británicos, los socialistas españoles, la izquierda italiana y la coalición democristiana y socialdemócrata alemana".

Fillon respondía a la pregunta del líder socialista, François Hollande, que le recordó que las pruebas de ADN a inmigrantes contradicen una serie de principios republicanos: la definición misma de la familia, que en derecho francés se basa no en la biología sino en el reconocimiento; la ley de bioética, que sólo permite las pruebas de ADN con fines médicos y judiciales, y el rechazo a toda discriminación. El jefe del Ejecutivo no tuvo más remedio que reconocer que la disposición suscita "pasiones e interrogantes".

Para el Gobierno, la polémica sobre las pruebas de ADN no llega en el mejor de los momentos. Cada día es mayor el número de diputados y senadores de la gubernamental UMP que se muestran críticos con la forma como ejerce el poder el presidente, Nicolas Sarkozy, y más concretamente por su estrategia de apertura, que consiste en integrar a miembros de la oposición socialista en el Ejecutivo o encargarles misiones de prestigio que, en opinión de los conservadores, son cargos que se les escapan.

Elegido para el cambio

El presidente se dirigió ayer en el Elíseo a una numerosa delegación de cargos electos de su partido para recordarles que la apertura es un deber, que tiene la obligación de buscar todos los talentos y que ha sido elegido para el cambio. Por la mañana, en el Consejo de Ministros, había hecho un elogio de la aportación que han hecho al Gobierno sus fichajes en el campo de la izquierda.

En este sentido, los constantes rumores sobre una remodelación del Gobierno para dar entrada a más miembros de la oposición no cesan. El ex ministro Jack Lang y el alcalde socialista de Evry, Manuel Valls, son los más citados. El primero mantiene silencio y espera quizá algún tipo de misión especial; el segundo, una de las figuras más dinámicas de la joven guardia socialista, negó ayer a este diario que tuviera la más mínima intención de aceptar cargo alguno.

De izquierda a derecha, Chirac, Lakshmi Mittal, presidente y principal accionista de Arcelor Mittal, y Sarkozy, durante una visita ayer al Museo Guimet.
De izquierda a derecha, Chirac, Lakshmi Mittal, presidente y principal accionista de Arcelor Mittal, y Sarkozy, durante una visita ayer al Museo Guimet.REUTERS

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