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¿Hay suficiente liquidez?

La Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo están inyectando liquidez en el sistema bancario. La tasa de interés promedio pagada por los depósitos a un día en Estados Unidos ha estado por debajo del 5,25% anual que, según dice la Fed, sigue siendo su objetivo.

Pero el mercado de depósitos a un día parece estar dividido en tres segmentos. Los bancos conocidos por su solidez pueden recibir dinero muy por debajo de ese 5,25%. Pero los que hacen frente a posibles problemas de liquidez están tomando prestado directamente de la Fed al 5,75%.

Una diferencia de este tipo en los precios cobrados a los bancos regulados en los mercados financieros es una señal de un posible colapso. Hasta ahora, las primas cobradas son pequeñas: para un préstamo de 100 millones de dólares, incluso un margen de un punto porcentual en la tasa de interés, es de unos 3.000 dólares. Eso refleja la escasa probabilidad que el mercado está asignando a que suceda una crisis financiera total, con bancarrotas y quiebras bancarias.

"Los bancos centrales debían concentrarse en analizar cuánto necesitan recortar los tipos de interés y cómo expandir la oferta monetaria"

El hecho de que exista incluso una pequeña crisis de liquidez para los bancos implica mayores crisis de liquidez para las instituciones financieras menos reguladas, y crisis de liquidez incluso más importantes para las compañías manufactureras e inmobiliarias. Cuesta imaginar que los industriales hoy no estén posponiendo compras de bienes de capital y que las ventas de viviendas nuevas no estén cayendo en Estados Unidos.

¿Cómo hace frente la Fed a esta situación? Con cautela. Hace una década, Alan Greenspan comparaba sus problemas de gestión monetaria con la conducción de un auto nuevo: se detuvo de pronto, abrió el capó y no entendía nada de lo que veía. Los cambios en las finanzas habían sido así de importantes.

En las acciones de la Fed se ha visto involucrado lo que Larry Meyer, ex gobernador de la Fed, llama "herramientas de liquidez", en contraste con la política monetaria basada en los tipos de interés. La Fed espera poder manejar la situación actual sin verse obligada a rescatar la liquidez del mercado mediante un recorte de las tasas de interés y generar así lo que, teme, sería un impulso peligroso del gasto. La Fed aún espera que la liquidez y la confianza puedan restablecerse rápidamente y que el verano de 2007 les sirva a los futuros economistas como un ejemplo de lo desvinculados que pueden estar los mercados financieros de los flujos de gasto y producción en la economía real. Pienso que la Fed se equivoca: el efecto del pánico de liquidez significa que dentro de un año quizás anhelemos que la Fed hubiera dado un impulso al gasto.

La razón es que el gasto y la producción saludables ya no dependen exclusivamente de la solidez del sistema bancario y la confianza pública en su estabilidad. Hoy en día, el sistema bancario es mucho más grande que el conjunto de instituciones formalmente llamadas "bancos" que están intensamente reguladas por los bancos centrales.

Un banco, en el fondo, es algo que: a) Toma depósitos. b) Ofrece créditos. c) Les hace creer a sus depositantes que su dinero (su pasivo) es más líquido que sus activos. d) Cobra un interés neto en consecuencia. e) Sale beneficiado casi todo el tiempo. Los depósitos pueden ser los sueldos de individuos y los préstamos pueden ser las pequeñas empresas. O los depósitos pueden ser pagarés emitidos por KKR Atlantic Financing y los préstamos pueden ser hipotecas de alto riesgo CDO que KKR Atlantic tiene en su cartera. O los depósitos pueden ser inversiones en los fondos de D. E. Shaw y los préstamos pueden ser derivados complejos que conforman la cartera de D. E. Shaw. En todos estos casos, a los tenedores de pasivos (es decir, los depositantes) les han prometido liquidez, pero esa promesa no se puede mantener si alguna vez es puesta en duda. Y está siendo puesta en duda hoy.

Los bancos centrales no deberían concentrarse únicamente en mantener líquidos los mercados. En el futuro, incluso los mercados líquidos querrán intermediar en menos transacciones que hace dos meses.

De manera que los bancos centrales también deben concentrarse en cómo la caída del volumen de dinero que fluye en los mercados financieros afectará el gasto y en cuánto deberían recortar las tasas de interés y expandir la oferta monetaria para compensar los efectos del gasto.

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