El acuerdo comercial con Mercosur dispara las expectativas de los productores de aceite de oliva
El sector, que puede ganar un mercado de 300 millones de habitantes, reclama las mismas exigencias medioambientales en los países del sur de América
Los productores de aceite de oliva contemplan con cierto optimismo, aunque con algunas reservas, el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur. Valoran ante todo la “oportunidad” que supone abrirse paso en un mercado de más de 300 millones de potenciales consumidores. Pero hay otras voces que miran con recelo el acuerdo por el temor a que el aceite producido en los países de Mercosur se haga sin las exigencias ni los controles medioambientales que hay en España. Y los productores de aceituna de mesa sí que rechazan el acuerdo por el impacto de los aranceles a sus productos.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, fue el primero en valorar las “ventajas” del acuerdo para el sector oleícola. “No tenemos que temer la apertura comercial porque somos una potencia agroalimentaria”, indicó el pasado diciembre. Esta semana, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, señaló durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados que en torno al 37% de los aranceles del aceite de oliva de España van a desaparecer con el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur. Además, añadió que algunos estudios señalan un posible crecimiento de estos mercados, hasta un 40% para las exportaciones en España.
Para el ministro, este es “solo un ejemplo de beneficio concreto” para el sector primario de los “muchos” que habrá. “Estos siempre son los acuerdos comerciales a intereses ofensivos e intereses defensivos, que se llaman, en cuanto a que al final hay una bilateralidad en las concesiones que se hacen por ambas partes”, declaró el ministro. También resaltó que hay unas 350 denominaciones de origen protegidas a nivel europeo, 59 de ellas en España, como los cítricos valencianos, azafrán de la Mancha o denominación de Guijuelo, entre otras, que se verán favorecidas por este acuerdo.
Los productores también aguardan con expectación la entrada en vigor del acuerdo comercial. “La incidencia va a ser positiva, pues Europa exporta más aceite de oliva a Mercosur de lo que importa, sin duda va a ser una buena oportunidad de ampliar mercados”, ha indicado Juan Vilar, olivarero de Jaén y consultor oleícola. Los expertos consideran que Mercosur irá reduciendo gradualmente los aranceles al aceite de oliva de la UE, y cifran en unas 80.000 toneladas la producción actual en los países de Chile, Argentina, Brasil, Perú, y Uruguay. Pero hay otras voces que recelan de este acuerdo, como la de Antonio Luque, presidente del grupo Dcoop. “Si se va a poder producir aceite y otros productos sin los controles medioambientales y sociales, sin las exigencias que tenemos en Europa, aquí nos tendremos que dedicar a otra cosa”, ha alertado.
Por su parte, el presidente de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Aceite de Jaén, Manuel Parras, observa más luces que sombras en el acuerdo comercial con Mercosur. “Es una buena oportunidad para ampliar mercados en otros países y hacer frente al proteccionismo de Estados Unidos y China, sobre todo en una época en la que el consumo interno se está resintiendo por los efectos de los precios del aceite de oliva”, asegura Parras, tras indicar que en 2019 se consumían en los hogares 130.000 toneladas de virgen extra, frente a las 35.000 de la actualidad.
Sin embargo, el acuerdo con Mercosur ha provocado el rechazo de los productores de aceituna de mesa española, que lo ven como “una nueva amenaza” para un sector muy castigado por el impacto de los aranceles desde hace muchos años. Desde la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa) consideran que, en virtud de ese acuerdo, la aceituna española que se exporta a los países de Mercosur quedará excluida de los beneficios del Tratado, por lo que seguirá gravada con aranceles del 12,6%, mientras que las importaciones procedentes de los países sudamericanos se irán liberalizando, ya que los aranceles de entrada en la UE irán desapareciendo progresivamente desde el 12,8% actual hasta su total eliminación en siete años, dando lugar a un grave desequilibrio competitivo.
Asemesa añade que la situación es más grave aún dado que Egipto, uno de los grandes competidores de España, tiene desde 2017 un acuerdo comercial con Mercosur gracias al cual los aranceles a las aceitunas egipcias desaparecerán totalmente en 2027 mientras se mantendrán los de las aceitunas procedentes de la UE y de España.
Caída de los precios del aceite
Los oleicultores han dado la voz de alarma ante el desplome del precio del aceite de oliva, que en pocas semanas ha pasado de ocho euros en origen a poco menos de cuatro. “La banalización del aceite con la bajada del precio empobrece al olivarero español y enriquece a la industria exportadora”, asegura el responsable del Olivar de COAG, Juan Luis Ávila, para quien " se ha producido una bajada de precios totalmente artificial, porque no hay datos objetivos de mercado que fuercen este descenso”.
La COAG ha reclamado al Gobierno que fuerce una investigación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de posibles acuerdos en la compra venta de aceite de oliva en origen, ante la sospecha de que se están forzando los precios drásticamente a la baja, incluso por debajo de los costes de producción. También piden la eliminación del contingente de aceite procedente de Túnez, por “distorsión grave” del mercado en la Unión Europea.
Cristóbal Cano, secretario general de UPA en Andalucía, ha culpado al sector cooperativo de “estar contribuyendo decididamente a esta espiral suicida regalando el aceite, con operaciones por debajo de los costes de producción”. A su juicio, la situación del precio del aceite de oliva “se debe única y exclusivamente a las operaciones que se marcan en España, que somos el primer país productor a enorme distancia del resto de países”. “Ya está bien de echar las culpas al olivar superintensivo de Portugal, al aceite de Túnez o a las supuestas mezclas en vez de preocuparse de una comercialización con valor y no de regalar el aceite cuanto más barato mejor para algunos”, ha señalado Cano.
Desde Cooperativas Agroalimentarias admiten que en el actual contexto de incertidumbre, la tendencia natural de los productores es vender cuanto antes para intentar beneficiarse de los precios antes de que bajen, “lo que provoca que los compradores, ante esa oferta masiva, retrasen sus compras y bajen el precio”, aunque aseguran que las cooperativas no están participando de esa estrategia comercial. “Es necesario evitar actuaciones interesadas y los movimientos individuales de agricultores para no condicionar el mercado que muestra claros síntomas de tensión de disponibilidad de producto”, han indicado.
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